No era la primera vez que se separaban, pero sí era la primera vez que le dolía. Más de lo que hubiera pensado ("Así que esto es lo que se siente"). Dejó de mirarse la punta de los zapatos; ¿qué respuesta iba a encontrar allí, de todos modos? y levantó la cabeza, sin sacar aún las manos de los bolsillos. Forzó una sonrisa, pero sólo consiguió esbozar una mueca amarga, fuera de lugar.
-Supongo que esto es un empate-intentó sonar, sin éxito, divertido.
-No- dijo ella- esto es un adiós.
Y, girando sobre sus tacones, se alejó para, presumiblemente, no volver.
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