viernes, 24 de septiembre de 2010

I.V.A

Todo este tiempo separados no ha sido un tiempo perdido. No tenemos nada que recuperar.
Tiene un valor, quizá más del que tuvo el que pasamos juntos.
Era justo el tiempo necesario para que tú te dieras cuenta de que me querías y para que yo aprendiera que, por muchas veces que te olvide, por mucho que pase sin pensar en ti, tardo sólo un segundo en recordar que yo también te quiero.
Dime ahora, dime, que hemos perdido el tiempo.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Un poquito de optimismo

Para variar.

Finales de Septiembre, principios de Octubre. Para aquellos cuyo calendario todavía se rige por los cursos que empiezan o acaban, estos días son una suerte de Año Nuevo. Primera conclusión evidente que olvidamos a menudo: somos jóvenes, estamos vivos. ¿Realmente hay algo lo suficientemente grave pasando como para que no podamos disfrutar de esto? Vamos, no lo creo. ¿Qué estamos haciendo? Mejor dicho, ¿qué cojones estamos haciendo? ¿Qué derecho tenemos para no disfrutar de la vida? Pelea, búscate las habichuelas, no es sólo la verdad lo que está ahí fuera. Todo está ahí afuera. "Ahí fuera" está repleto de cosas buenas, está hasta los topes. Creo que ha colgado el cartel de Completo. No es broma. Vaya con "ahí fuera".

Si tuviera bigote y estuviera fumando un puro masticado diría: ¡que me condenen!

Tenemos todo un nuevo curso por delante. Lleno de oportunidades. No sé vosotros, pero yo he perdido muchos cursos ya, creo que debería empezar a hacer algo al respecto. Lo primero en la lista va a ser traicionarme a mí mismo. He pensado en apuñalarme por la espalda. No me digáis nada, que no me avisen. Quiero pillarme por sorpresa y acuchillar esa parte pesimista de mí.
Voy a hacer algo novedoso: esperar lo mejor, y no sólo eso; voy a salir a buscarlo.
No voy a decir que voy a intentar ligar en las discotecas, no soy capaz de engañarme de ese modo. Paso a paso. Más seguro.
Pero circula una teoría que dice que tu actitud, tu energía, atrae y determina el tipo de cosas que te ocurren. Si sales a pelearte el dia con ganas, de manera positiva, con una sonrisa, es más fácil que te ocurran cosas buenas, que atraigas positivismo a su vez. Lo bueno y lo malo de las teorías es que no están demostradas. Puedes elegir si compras o no compras lo que te venden.
Yo esta la compro.

Si supiera bailar claqué haría castañear al suelo y acabaría con un giro, una palmada y las palmas de las manos extendidas y hacia arriba. Siempre me pareció cómico.

Nunca he sido un tipo optimista. Últimamente digo mucho la palabra "tipo". Me gusta. Digo que nunca he sido un tipo optimista, pero los propósitos de año nuevo están para intentar cambiar lo que no está bien de nosotros mismos, lo que no funciona. Con este panfleto de sentimentalismo barato sólo quiero decir que voy a intentar hacer eso. Ya sé que a nadie le importa un pito, es sólo que no tengo para pagarme el gimnasio ni voy a dejar de fumar, así que tenía que intentar alguna otra gilipollez. Por cubrir la papeleta.
Joder, no han pasado diez minutos y ya me da bastante asco esta mierda que he escrito.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Consejos para finales de Septiembre

Si alguien te pregunta qué tal tu vida, no digas "Todo bien"
Di "Me va de cine". Es lo que se lleva esta temporada

Avance de Octubre: Si te salen granos en la frente, deja de masturbarte como un mono.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Hay músculos en mi cuerpo
que no he usado nunca,
que no sé para que sirven.
Le doy vueltas y más vueltas
sin adjudicarles un motivo,
una función
y como no les encuentro sentido físico
he decidido que son para esperarte.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

- Estoy esperando una señal...
Sólo tuve que decir "señal" y ella se apareció ¡Bum! justo delante de mí.
- Tú me quieres, ¿no es cierto?- dijo.
Allí estaba ella, por fin. Cómo por arte de magia. Tan cerca. Y sin embargo...
- ¿Cómo puedo quererte? Dime. ¿Cómo puedo quererte si no sé su tu nombre, no te conozco, no sé aún que aspecto tienes? ¿Es posible que te quiera sin saber acaso quién eres?
Ella me miró como quien mira a un chiquillo perdido. Lo sé aunque no podía ver sus ojos.
- Lo sé, lo sé. Shhhh. Pero aún así, aún así y con todo, me quieres. ¿Verdad?
Yo miré al suelo. A ella no, en ningún momento, porque estaba avergonzado. Y dije: sí. Dije: sí, es verdad. Te quiero.