viernes, 30 de diciembre de 2011

Alberto


Alberto se va, como era de esperar. Se queda Ana.
Alberto se va, tras todos estos años construyendo otro Madrid, el subterráneo, impasible ante las quejas de los moradores de la superficie. Le llamaron el Faraón, y no porque tuviera nada que ver con la estirpe de los Flores, que no lo tiene. Si no por su monumental afán constructor, escarbador, tunelador. Hoy se puede cruzar Madrid de punta a punta en diez minutos, sin siquiera intuir el cielo. Y yo se lo agradezco, porque es harto cómodo. Es conveniente. Es rápido. Todos tenemos prisa hoy en día, y valoramos las cosas cuando son convenientes. Y rápidas. Y cómodas.
Cuando la gente ponía el grito en el cielo mientras Alberto abría Madrid en canal para futuro comfort de sus habitantes, yo pensaba: "Cuando todo acabe y comprueben las ventajas de todo esto, se darán cuenta de lo ridículo de sus quejas"
No ha sido el caso. Todo ha acabado, Alberto se va, y sus desagradecidos ex- súbditos todavía lamentan aquellas incomodidades pasajeras.
Pues bien, estoy seguro que cuando caiga La Bomba y la atmósfera sea irrespirable, quedando la superficie reducida a un escombroso campo de batalla entre zombis hambrientos de carne humana y máquinas rebeldes asesinas, y todos los humanos supervivientes nos veamos obligados a vivir en los túneles, es muy probable que por fin agradezcan a Alberto que hiciera tantos, tan espaciosos y en tantas direcciones.
O quizá no, quién sabe, la política es un juego de mentes enconadas.
Pero yo digo: amad los túneles, no tiréis desperdicios en ellos, puede que sean nuestro único hogar dentro de poco, desde donde tengamos que coordinar la Resistencia, reconstruir la raza humana.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Equipo Archstone

Senda va a echar de menos estas olas, que le han dado tanto.
Paloma echará de menos su habitación, tan grande y sólo para ella.
Neme probablemente no encuentre gente de la que reírse del mismo modo que hace aquí; en casa hay que guardar las formas.
Sanfe añorará los días en los que era la princesa y los cumpleaños duraban días y semanas.
Várez escuchará música lejana y se acordará de otras mejores, las que sonaban antes de salir.
Mientras, Pros echará de menos el Sol y el Sol le estará buscando a él.
¿Yo?
Yo me sentaré en la playa al atardecer y echaré de menos a Senda, a Paloma, a Neme, a las Marías y a Pros.

Lindbergh Field, 12-21-2011

Una despedida abrupta sin valoración previa,
que llega de improvisto,
es un trámite relativamente leve y pasajero
pero también una promesa de dolor futuro

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Efecto campamento

Acabo de caer, de repente, que desde que estoy en San Diego no he tenido ni una mala noche. Ni una. He disfrutado de todas y cada una de ellas. No me he encontrado durante estos 4 meses sólo en la barra, deseando volver a casa, estar en otra parte. De hecho me ha costado aceptar la cantidad de noches de ese tipo que he vivido los últimos años, sobre todo antes de llegar.
Me da miedo.
Me da miedo porque, poco a poco, sin aviso, estoy volviendo a pensar. Y no me gusta, pienso sin permiso de nuevo. Me da miedo porque en una semana vuelvo a casa, porque el euro cae en picado y porque Steven Spielberg estrena una peli de un caballo. Y nada de eso, nada, es buena señal.

Dedicado a Piki, Paloma, Senda, Neme, Martín, Alvaro, las Marías y otros muchos. Puede que nunca lo lean, pero la burbuja que ahora amenaza con romperse la crearon ellos.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Bienvenidodevueltaalmundodelpensamiento

En algún lugar del Universo el mundo real me espera girando sobre su eje. Mientras, yo escucho villancicos conduciendo bajo el Sol entre palmeras.
Volver a casa es una promesa de dolores de cabeza.