sábado, 20 de diciembre de 2008

lunes, 15 de diciembre de 2008

Habitantes de la ciudad/1

La belleza de ese contenedor de la basura
donde dejamos olvidados los juguetes de una noche
que decidimos, con la primera luz, no nos merecen
y que esperan rodeados de otros desechos
la segunda oportunidad de un indigente o el reciclado.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Apareces de repente
a contraluz te veo
no te anuncias y juegas con el claroscuro.
Te veo turbia;
luego aclaras
para volver a sumirte en las sombras.
Como en un batir de alas todo es negro
donde antes alumbrabas.
Mis latidos pierden ritmo
y ganan en impaciencia y en desasosiego.
Quiero encontrarte aunque
no sé bien dónde buscar.
Te necesito ahí. Te necesito y te quiero,
porque cuando estás tú
no hay mascaras.
Ya no.
Sólo verdad desnuda.
Desnuda mi alma también.
Desnuda y entregada.
Entregada y virginal.
Inocente.
Me llevas más tiempo del que
en un principio reservé como tuyo.
Tus diabluras con la luz persisten porque
tienes tu propio acuerdo con lo halógeno.
Pero tu oscuridad y tu no oscuridad
traen, al final, las dos el mismo frío.
Juguemos a jurar que hemos jugado
y mientras el respetable se traga esta mentira
yo me lavaré, a oscuras, las manos
y me pondré las gafas negras de no verte.
Las de perjurar hasta el infierno si es preciso
prometiendo que lo que hay es vino
dónde sólo hay sangre.
Diré que no te siento como hago
en cada batir de mis cínicas pestañas
que fui yo quien puso nombre a las palomas,
que no te moldeo con cada sonido urbano.
Juguemos a jurar que no te amo.
Los mandamientos de Dios están perdidos
se resquebrajó la piedra en que vinieron.
Dios no le puso limites al hombre,
tú haces papel y tinta con sus sueños.
Juguemos, digo, a jurar que hemos jugado,
que no eres tu quien da forma a mi espina.
Me das tanto miedo que a veces
sólo quiero renegar de ti, poesía.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Forgetting Sarah Marshall

Imagino que estaremos de acuerdo en esto. A veces se hace muy complicado pensar que las cosas van a ir a mejor. Coges un puñado de semanas consecutivas y no puedes ignorar el hecho de que han sido una absoluta pérdida de tiempo. Todas ellas. Pasas un rato intentando salvar algo, encontrar una lección, te desesperas. Piensas "Eh, ¿qué sentido tiene todo esto?". Te desesperas un poco más. Quizá golpees algo, la cama, un seto, quizá aprietes tanto los dientes que te piten los oidos. Puede que quieras pararte en medio del parque y gritar. Todas estas cosas parecen ridículas desde fuera pero quizá a ti te ayuden. Una noche tras otra llegas a casa y tiras las llaves sobre la mesa con desgana, es temprano por la mañana y te apuntas otro fracaso. Parece que ya ni la noche ayuda. Piensas en no volver a salir de casa por un tiempo.
A veces es realmente difícil pensar que puede cambiar pronto, que las cosas pueden empezar a ponerse menos en contra por aquí. Quieres abandonar. Luego, oyes algo en una televisión mientras andas por el pasillo y te ríes. Ves una película y sonríes delante de la pantalla. Desde fuera parece ridículo pero a ti te ayuda. A veces no piensas. Otras sí, y en el fondo sabes que las cosas siempre van a mejor, siempre sabes que te reirás de repente o que te gustará algo que veas o que oigas. Que volverás a ilusionarte. Y un día, con suerte, te das cuenta que todo ha pasado ya. Hasta la próxima, sí, pero también entonces contarás con la promesa de mejores tiempos. Y eso es más o menos todo. Supongo que seguimos de acuerdo hasta aquí.