Apareces de repente
a contraluz te veo
no te anuncias y juegas con el claroscuro.
Te veo turbia;
luego aclaras
para volver a sumirte en las sombras.
Como en un batir de alas todo es negro
donde antes alumbrabas.
Mis latidos pierden ritmo
y ganan en impaciencia y en desasosiego.
Quiero encontrarte aunque
no sé bien dónde buscar.
Te necesito ahí. Te necesito y te quiero,
porque cuando estás tú
no hay mascaras.
Ya no.
Sólo verdad desnuda.
Desnuda mi alma también.
Desnuda y entregada.
Entregada y virginal.
Inocente.
Me llevas más tiempo del que
en un principio reservé como tuyo.
Tus diabluras con la luz persisten porque
tienes tu propio acuerdo con lo halógeno.
Pero tu oscuridad y tu no oscuridad
traen, al final, las dos el mismo frío.
domingo, 14 de diciembre de 2008
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1 comentario:
ese final es poderoso
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