No hay que tomarse demasiado enserio los propios fracasos.
Últimamente valoro mucho el silencio. No abrir la boca en toda la mañana.
"Yo siempre quise ser el perdedor borracho de la película". ¿Cómo se le dice eso a un chiquillo que te pregunta: "Papá, ¿tú que querías ser de mayor cuando eras pequeño?"
Al irse el niño me pregunto qué me gustaría haber sido de pequeño ahora que soy mayor.
El problema no es no verte, si no que me recuerden a ti todas las aristas y todos los recovecos parezcan esperarnos.
Yo les digo que no, que no vas a venir, que ya te has ido, pero siguen esperando. Y te buscan.
Como un perro jadeante que cree, la lengua fuera y los párpados abiertos, que van a volver a lanzarle la pelota.
Como el chico cuando le dije: "Los Reyes son los padres", y no quiso creerme.
Sigo queriendo emborracharme.
¿Cómo se llamaba el bar de aquella película tan triste? Ah, si, Tocando Fondo.
Nunca he sabido pedir ayuda, porque no soporto recibirla.
Al final, me ofende.
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