Me siento cómodo con mi pelo de "Mujeres, hombres y viceversa". Encuentro que tiene múltiples ventajas. Esto no hace sino confirmar mis sospechas; tengo alma de macarra.
Puede que en Madrid consiguiera ocultarlo- ocultármelo- durante un tiempo, tras zapatos, camisas y abrigos largos, pero aquí todo ha cambiado. He dado rienda suelta a mi bacalería, libre de los prejuicios y costumbres sociales del viejo mundo.
No es sólo esta cabeza de CR7 trasnochado, es el placer que siento al calzarme mis New Balance o mis Asics azul eléctrico- true blue, según la caja. No me pongo nada que no sea una camiseta en la que se puedan apreciar mis nuevos músculos de portero de discoteca.
Y la gorra... ¡ah, la gorra!
Siguiendo una clara analogía gay, hoy quiero por fin "salir del polígono", para decirle a todo el mundo que éste soy yo, y que tengo alma de macarra.
Y al que no le guste, le reviento la cabeza, primo.
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1 comentario:
y qué gorra...!
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