Y lo que es seguro es que siempre habrá alguien viendo solo la televisión. Alguien fregando en silencio los platos que ha ensuciado, él solo, después de cocinar esmeradamente un plato que solo él probará, después de colocarlo todo para que tuviera una apariencia inteligente, apetecible, high cuisine. Sin que nadie más lo aprecie, ni sonría. Y siempre habrá alguien que se acostará solo, musitando en silencio un "buenas noches".
lunes, 30 de junio de 2008
sábado, 28 de junio de 2008
Algo seguro
Y al final del día, lo que es seguro es que caerá el Sol. Como cayó ayer y como, presumiblemente, caerá mañana. Como siempre. Y eso... habrá sido todo.
martes, 24 de junio de 2008
Cualquier canal, ya tarde
Ella me lo decía a mí. Entre el aguacero, pero tan guapa, con su labio temblando, me lo decía a mí. Todo aquello tan bonito no era para ese tipo que la escuchaba, ni para aquel otro que estaba detrás suya, esperándola. No lo decía para la cámara. Todo lo que dijo, era para mí. Me lo decía a mí.
lunes, 23 de junio de 2008
Golpe tras golpe
Es un cierto deje masoquista
casi vicioso
pone una sonrisa estupida en mi cara
antes de recibir la siguiente bofetada.
Y me gusta. Me gusta. Qué curioso.
casi vicioso
pone una sonrisa estupida en mi cara
antes de recibir la siguiente bofetada.
Y me gusta. Me gusta. Qué curioso.
miércoles, 18 de junio de 2008
Trampas que hacen de un lugar un lugar más bonito
Los zoos de las capitales europeas tienen algo del "Triángulo de las Bermudas". Yo diría que tienen una particular atmósfera en sus proximidades que causa unas ciertas fluctuaciones en el campo magnético. Es como si en sí mismas tuvieran unas raras condiciones ambientales, distintas a las del resto del planeta. No sé cómo es que es, pero es que siempre estas más guapa en los zoos. La luz te da de otra manera, como si siempre hubiera un mozo soportando un paraguas de esos invertidos que reflejan los rayos ultravioleta para que incidan siempre sobre ti con el ángulo perfecto. Si, ya sabes, como esos que utilizan en los rodajes de las películas o en entrevistas en exteriores. Un efecto parecido. Puede tener algo que ver con las ondas hertzianas tan características en los zoos. ¿No te has fijado que la radio se oye allí mejor que en ningún sitio? Y tienen los vendedores de helados más guapos que he visto nunca. Como esos de las películas americanas de los 50. Hasta los judíos ortodoxos que pasean cerca de las barandillas que separan los paseos de los fosos de los animales son de los más simpáticos. Siempre se levantan el sombrero y sonrien de oreja a oreja con unos cálidos "Buenos días" siempre dispuestos. También suenan aquí mejor que en ningún sitio. Todo el mundo es feliz en el zoo. Será por la temperatura, que parece que se ajuste a un caprichoso termostato. Si quieres frío, frío, si quieres ir en tirantes pues un poquito más de calor. Simplemente delicioso. Todos los animales quieren vivir en los zoos de Europa (hablo de Europa porque nunca he visitado un zoo fuera de ésta, pero seguro que son magníficos a su vez) y sólo los mejores lo consiguen. Es algo parecido a los procesos de selección de los astronautas de la Agencia Espacial Europea; hay que pasar unas pruebas de rigor, muy complicadas. Es necesario un expediente intachable, un servicio de categoría ya sea en las selvas, la sabana o la pradera. O en los riscos de las montañas. En los zoos todos los niños sonrien con sus globos de colores cuando pasas, y nunca se te vuela ese sombrero de paja tan bonito que compraste en nuestra primera visita. El campo magnético, estoy seguro, hace que todo se acople mejor en los zoos, donde los animales siempre muestran su mejor figura y aparecen imponentes desde sus microsistemas. Los osos rugen como cantaban los tres tenores, cuando vivía Pavarotti. Eso me dijiste una vez, en aquel zoo que parecía un parque.
De la piedad
¿Qué salvar del 2008?¿Qué podría darle sentido hasta hoy? Me parece claro que nada hace que valga algo por si sólo, nada que justifique nada, no este año. Nada grave, nada importante. Queda patente que ningún número, eso seguro. Tienen casi toda la culpa, las cifras, la culpa de casi todo. Demasiado poder para tan poca entidad. La palabra tampoco, no ha acompañado. Un año parco en palabras, triste en vocación. Un año de frío realismo puede, nada de sueños de arte. Pocas sonrisas que recordar, pocos latidos importantes. Pocos latidos que me haya saltado, lo que es peor.
¿Qué salvar entonces, de este tiempo tan en contra? Una carcajada, un par de miradas, alguna buena intención y quizá, la espuela de la granada. La única que ha sabido permanecer en su sitio y cumplir lo que mandaba. Algún viajero del metro, un vestido llamativo. Una chica guapa con la que soñar haber hablado. La Luna a las cinco de la tarde por la ventana de la biblioteca, con las calles vacías. Un buen propósito. La promesa de mejores tiempos.
sábado, 14 de junio de 2008
Estalagmitas de verde te despuntan
donde zigzaguean los viajes
y los espíritus bailan sobre las cruces.
Noches de sobreestimado rosa
conducen a la fría soledad del día.
Fría como la quietud de tus aguas.
Al liberarme de ellas
añoré el beso húmedo de una mujer
a la que aún no he puesto cara.
Bailas a tu ritmo,
Popcorfú,
sin importar la década.
donde zigzaguean los viajes
y los espíritus bailan sobre las cruces.
Noches de sobreestimado rosa
conducen a la fría soledad del día.
Fría como la quietud de tus aguas.
Al liberarme de ellas
añoré el beso húmedo de una mujer
a la que aún no he puesto cara.
Bailas a tu ritmo,
Popcorfú,
sin importar la década.
miércoles, 11 de junio de 2008
Ya eres mia, muñeca
Es el momento. Has leído todos los libros. Te has visto todas las películas. Le has hablado al espejo todo lo que has podido, has practicado al máximo. Con rigor, con disciplina. Y sabes que es el momento. Es el momento de salir ahí fuera y abordarla por fin, decirle algo ingenioso. Algo sexy. A ser posible empezando con un "Hola, nena" después de darle una profunda calada a tu pitillo mientras le miras a los ojos con los tuyos entrecerrados y una media sonrisa dibujada en tu cara de tipo duro. Si... perfecto.
miércoles, 4 de junio de 2008
Da igual lo fuerte que llueva. Es lo mismo.
Sigo oyendo tus gritos a veces.
Otras tu voz. Tus susurros.
Por entre cada gota que cae en el mirador.
No lo tapa la mayor tormenta. No
lo cubre algún trueno que otro
de esos que a veces rompen el cielo de Madrid.
Tú ya no los oyes, estás lejos. Se ha quedado tu voz.
Las compañías aéreas no negocian con voces
ni recuerdos. No entra en el precio.
Cosas de ahorro y política de billetes.
No sabría decir
si les guardo rencor. Pero el hecho es que aquí sigues.
A veces en forma de risa. Otras… no.
Sigo oyendo tus gritos a veces.
Otras tu voz. Tus susurros.
Por entre cada gota que cae en el mirador.
No lo tapa la mayor tormenta. No
lo cubre algún trueno que otro
de esos que a veces rompen el cielo de Madrid.
Tú ya no los oyes, estás lejos. Se ha quedado tu voz.
Las compañías aéreas no negocian con voces
ni recuerdos. No entra en el precio.
Cosas de ahorro y política de billetes.
No sabría decir
si les guardo rencor. Pero el hecho es que aquí sigues.
A veces en forma de risa. Otras… no.
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