Es el momento. Has leído todos los libros. Te has visto todas las películas. Le has hablado al espejo todo lo que has podido, has practicado al máximo. Con rigor, con disciplina. Y sabes que es el momento. Es el momento de salir ahí fuera y abordarla por fin, decirle algo ingenioso. Algo sexy. A ser posible empezando con un "Hola, nena" después de darle una profunda calada a tu pitillo mientras le miras a los ojos con los tuyos entrecerrados y una media sonrisa dibujada en tu cara de tipo duro. Si... perfecto.
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