¿Qué salvar del 2008?¿Qué podría darle sentido hasta hoy? Me parece claro que nada hace que valga algo por si sólo, nada que justifique nada, no este año. Nada grave, nada importante. Queda patente que ningún número, eso seguro. Tienen casi toda la culpa, las cifras, la culpa de casi todo. Demasiado poder para tan poca entidad. La palabra tampoco, no ha acompañado. Un año parco en palabras, triste en vocación. Un año de frío realismo puede, nada de sueños de arte. Pocas sonrisas que recordar, pocos latidos importantes. Pocos latidos que me haya saltado, lo que es peor.
¿Qué salvar entonces, de este tiempo tan en contra? Una carcajada, un par de miradas, alguna buena intención y quizá, la espuela de la granada. La única que ha sabido permanecer en su sitio y cumplir lo que mandaba. Algún viajero del metro, un vestido llamativo. Una chica guapa con la que soñar haber hablado. La Luna a las cinco de la tarde por la ventana de la biblioteca, con las calles vacías. Un buen propósito. La promesa de mejores tiempos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario