Te desnudas lentamente al otro lado
y yo contemplo casi retorciéndome
tu figura recortada
por el ojo de la cerradura.
¡Estás tan provocativamente cerca
refugiada descaradamente
tras madera!
Malditas puertas que al cerrarse
suenan a signo de interrogación
y a punto y final de las historias.
miércoles, 4 de junio de 2008
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