lunes, 27 de diciembre de 2010

Metesaca

En cuanto al sexo, no es tanto el sexo en sí lo que echo de menos. No es el proceso físico, no es el ritual ni siquiera el placer, si me apuras.
Extraño más el tener la piel templada y suave de una mujer desnuda toda esparcida sobre la mía. Es su olor poco antes prohibido impregnándonos a mi sofá y a mi, poniéndonos perdidos a ambos.
Sus ojos abieros, su boca abierta, sus brazos abiertos. Más la presencia de éstos que lo que se puede hacer con ellos.

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