Comer solo en una cocina a oscuras
recalentando comida de días más felices,
de lo poco que me dejaste antes de huir.
Pienso en lo que me gustaba tu boca azul
y tus ojos suaves
y en que siempre temí
convertirme solamente en un paréntesis.
Y un día, de repente
¡voilá!
un par de barras curvas cada una
situada a un lado de mi cara.
jueves, 22 de julio de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario