Cantos de amor asimétrico
saxofones de tristes notas.
Noches oscuras de viento gélido
que levantan del suelo hojas secas.
Y tus ojos, tus ojos a lo lejos, me miran entornados
y yo los miro de vuelta
temblando como un papel mojado.
Nuestras miradas se cruzan,
chocan nuestros dos mundos y la noche se ilumina.
Despilfarro sentimientos
que se pierden en las vibraciones intermedias.
Siento tomar forma un beso
que nace de la urgencia,
de la fuerza que imprime una necesidad.
Planea una suerte de ahora o nunca y tú
tan rápida y sonando a tiempo que se escapa,
a demasiado tarde,
amenazas con elevarte sobre las farolas y escapar
pero la acera no perdonaría que dejaras de pisar sobre ella
y sus baldosas empiezan a hacer un ruido como de cascos
de caballo
levantándose en un tobogán que crezca hasta tocar tus pies.
La ciudad entera da la voz de alarma
-las farolas parpadean un SOS en morse-
y programa su corazón a estado suspendido
esperando a que regreses para volver a funcionar.
Me tiende su mano recubierta de granito y cristal
y cuando la estrecho, la urbe y yo,
yo y ella,
lloramos en silencio mientras te vemos marchar,
abriendo a tu paso las estrellas.
lunes, 8 de noviembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario