Si no me dieran miedo los cuchillos, si no me mareara cada vez que veo sangre, me clavaría un puñal en cada una de las yemas de mis dedos.Dejaría que goteara sobre el suelo. Tip- top- top. Una vez en él la extendería toda alrededor. Así la sangre que manara de mis manos se mezaclaría con la que ya había caído mientras la restregaba sin darle ninguna forma en absoluto. Todo el mundo sabe que no es necesario, son cosas de las películas.Una vez estuviera la sala esparcida de rojo y sucia, le llamaría. No es necesario invocarle, basta con decir su nombre con seguridad. Él sabe cuando es de verdad, cuándo vas en serio.He pensado que no me gusta esta camisa. Fue una mala compra. Y no sé por qué, huele. Aquella vez también olía, y creo que lo notaste. Me dió rabia, para una vez que te acercabas, podrías pensar que eso era normal. Y yo no huelo nunca, salvo que lleve esa camisa.Así que quiero deshacerme de ella. De ella y de un par de canciones. De ella, un par de canciones y algún recuerdo. Casi todos de faltas que yo cometí, con las que no puedo reconciliarme y es complicado convivir. También tengo un par de regalos de los que librarme, y tú tienes que recibir tu merecido.Así que he pensado que, en lugar de simplemente abandonar todas esas cosas en cualquier parte, haría un trato con el Demonio, ese viejo amigo.Le cambiaría todo aquello por sólo dos cosas, una pistola con muchas balas y una amnistía.La pistola la utilizaría para dispararte en dos tiempos. La primera parte consistiría en vacíar medio cargador contra tu cuerpo, sin vacilar , disfrutando de cada bala de manera atropellada, a borbotones, sin tiempo para paladear ninguna de ellas. Descarga tras descarga tu cuerpo se sacudiría como un muñeco de trapo. Una orgía de impactos, un dibujo aleatorio de agujeros rojos y ennegrecidos, humeando sobre tu maltrecha anatomía. Arte.
Al llegar a la bala "n/2" de "n" totales, dejaría de apretar el gatillo. Tu cuerpo, hasta ahora golpeado por los proyectiles sin descanso, perdería poco a poco su energía cinética y acabaría cayendo al suelo, de cualquier manera. Triste y roto. Dejando tu semi-cadáver en esa posición, la que fuera, yo me acercaría y me situaría, de pie, sobre ti. Y así, sin dudas ni vacilaciones y ahora sí, tomándome mi tiempo y siguiendo mentalmente en procesión la trayectoria de cada bala, dispararía el resto de munición sobre ti. A quemarropa.
Y una vez perpretada la matanza, una vez yacieras muerta y desfigurada sobre un minúsculo charco de sangre reseca por los bordes, pediría mi segundo deseo, la amnistía.
Para no ser condenado por asesinato.
No puedo ir a la cárcel, no soportaría estar lejos de ti.
Al llegar a la bala "n/2" de "n" totales, dejaría de apretar el gatillo. Tu cuerpo, hasta ahora golpeado por los proyectiles sin descanso, perdería poco a poco su energía cinética y acabaría cayendo al suelo, de cualquier manera. Triste y roto. Dejando tu semi-cadáver en esa posición, la que fuera, yo me acercaría y me situaría, de pie, sobre ti. Y así, sin dudas ni vacilaciones y ahora sí, tomándome mi tiempo y siguiendo mentalmente en procesión la trayectoria de cada bala, dispararía el resto de munición sobre ti. A quemarropa.
Y una vez perpretada la matanza, una vez yacieras muerta y desfigurada sobre un minúsculo charco de sangre reseca por los bordes, pediría mi segundo deseo, la amnistía.
Para no ser condenado por asesinato.
No puedo ir a la cárcel, no soportaría estar lejos de ti.
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