martes, 8 de febrero de 2011

Estos son mis deberes ahora

No tengo pruebas, ni argumentos que lo corroboren. Pero estoy convencido de que la vida debe ser más fácil si eres fotogénico. Saber que siempre se sale bien en las fotos es un alivio. No me imagino cómo es posar para una foto sin intentar ser consciente de cada músculo de la cara y pretender colocarlos lo mejor posible.
A mí me gustaría ser fotogénico. Me gustaría ser fotogénico o si no, forajido. Llevar una vida desordenada y efímera como la de una bala. Salir ahí fuera sabiendo que no es una opción no destruirse y preocuparse solamente de impactar los más fuerte posible. Volar giroscópicamente hacia un objetivo y no tener que tener en cuenta nada más. Eso debe ser liberador, casi tanto como ser fotogénico.
Yo intento mantenerme en marcha estos días. Y sobre todo estas noches. Sólo necesito un poco de dinero y carecer de una buena excusa. Y ya estoy fuera. Me da mucho miedo parar y que la vida me sorprenda en mi casa sobria y sin una historia. Aunque más tarde yo tampoco sea capaz de contarla como es debido.
Así que no paro de correr como Forrest Gump, hacia delante como una bala. Lo hago porque no se me ocurre nada mejor y porque de este modo, cuando la cámara haga clic, podré decir que salgo mal porque estaba muy borracho y no porque sea feo.

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