No sé de verdad, no me canséis. Es tarde.
Llevo toda la noche con hipo y sí, claro que sí, milagro, se me ha quitado al entrar en casa. Y no he llegado a casa tal cual, qué va, si no cuarenta pavos abajo. Por una noche lamentable me parece un precio estratosférico. He dudado a la hora de poner ese acento.
A partid de ahora voy a decir "Fabuloso" cada vez que me pregunten qué me parece algo. Es gay, muy gay, pero tiene su encanto. Su encanto gay.
Me pregunto si alguna vez seré capaz de arrancarme el brazo de cuajo, o por lo menos dislocarme el hombro; es una manera muy original de acabar con una noche que te molesta hasta el punto de sentir que te pinchan los testículos. Es guay. Guay en plan gay. Guay gay, gay guay.
Estoy en plan juguetón, ¿eh? Aunque un poco mosca, como un babuino al que le han freido su culo pelado.
Que no, venga va, ven que viene, pase misí pase misá. Oiiiiiiigh, estáis tontísimas.
No sé que iba a decir, nada de interés... pero me llama el señor Miyaghi (se pronuncia millagui) y la cama también y total... que más da.
domingo, 24 de abril de 2011
lunes, 18 de abril de 2011
¡Oh, la primavera! ¡Oh, el romance!
Estaba en un parque a donde va a beber la gente los viernes por la noche, los sábados por la noche, en vísperas de festivo. Esperaba a mis amigos y, yendo a buscar tabaco, crucé algunos grupos- no muchos- de chavales con botellas y otra cosa más que me llamó mucho la atención: una pareja besándose. Un chico y una chica, ambos más o menos de mi edad, ambos atractivos, apoyados sobre un coche besándose un sábado por la noche. Sólo besándose.
Me pareció raro el lugar- el parque, sábado noche, rodeados de gente que se emborracha y monta alboroto- y el hecho.
Porque solamente se besaban, concentrándose en el contacto de sus labios y nada más. Él se apoyaba en sus caderas y las manos de ella reposaban en el cuello de él, y nada más. Besos largos, con tiempo para cambiar el ángulo de incidencia, el lado hacia el que se inclinaban sus cabezas, la zona exacta de contacto. Besos sin prisas, ni límites de tiempo ni agendas ocultas.
Yo hace mucho que no me paro a besar. Si lo hago es por sexualizar una situación. Un acto que me brinda la excusa para poder revelar zonas con mi mano que no me dejarían si por otro lado no estuviera besando.
Una coartada.
Un trámite pre- coital.
Una convención social.
No lo hago por placer, como ellos. No por ese tipo de placer, al menos. No lo hago por disfrutar de la compañía de alguien, por acercar su olor y su piel mientras reina la calma.
De hecho, si no tuviera que besar porque es lo que manda la tradición, no lo haría. No con la mujeres a las que beso ultimamente.
Concentraría mi boca en actividades más interesantes, en otras regiones más... exóticas.
Me pareció raro el lugar- el parque, sábado noche, rodeados de gente que se emborracha y monta alboroto- y el hecho.
Porque solamente se besaban, concentrándose en el contacto de sus labios y nada más. Él se apoyaba en sus caderas y las manos de ella reposaban en el cuello de él, y nada más. Besos largos, con tiempo para cambiar el ángulo de incidencia, el lado hacia el que se inclinaban sus cabezas, la zona exacta de contacto. Besos sin prisas, ni límites de tiempo ni agendas ocultas.
Yo hace mucho que no me paro a besar. Si lo hago es por sexualizar una situación. Un acto que me brinda la excusa para poder revelar zonas con mi mano que no me dejarían si por otro lado no estuviera besando.
Una coartada.
Un trámite pre- coital.
Una convención social.
No lo hago por placer, como ellos. No por ese tipo de placer, al menos. No lo hago por disfrutar de la compañía de alguien, por acercar su olor y su piel mientras reina la calma.
De hecho, si no tuviera que besar porque es lo que manda la tradición, no lo haría. No con la mujeres a las que beso ultimamente.
Concentraría mi boca en actividades más interesantes, en otras regiones más... exóticas.
domingo, 17 de abril de 2011
lunes, 11 de abril de 2011
Vertedero o tu lado oscuro
Mi nombre te repta
por las alcantarillas de tus adentros
ocupa y se hace fuerte
en las zonas oscuras
de las que te avergüenzas.
Las que no controlas, las que niegas.
Las que escondes.
Mi recuerdo participa en una guerra de guerrillas
bajo la mugre que cubre todo aquello
que ocultas y lamentas
y te muerde los tobillos.
Con sus colmillos escribe
“No me olvides,
no me he ido”
Inocula la memoria
impúdica de tus pecados
es guarda y custodio
de una conciencia violada
antes casi muda;
la tuya.
Escapa a tu control
acallar sus siseos de serpiente,
el crepitar
de su cuerpo al arrastrarse
por entre tus residuos,
nuestros residuos,
los restos descompuestos de lo nuestro
apestando en la morgue del pasado,
esa recopilación de equívocos
los grandes éxitos de nuestros gritos.
Mi nombre es el veneno de tu nombre,
la receta de tu huida,
una nueva variante de sonrojo,
Una implacable.
Una íntima.
Tanto
que la sientes vibrar entre tus piernas
como un rebelde quejido.
Todas las partes de tu cuerpo
me llaman quedamente
y quema la ausencia de mis dedos
en sus entradas y salidas.
Me buscas,
anhelas ya como algo natural y cotidiano
encontrarme;
cada lamento ahogado es un lento "vuelve".
"Vuelve, por favor".
Mis pies tiemblan,
mis secretas promesas
vacilan
carentes de base y hueso porque
todos los caminos que se abren ante mí,
me parecen de retorno.
miércoles, 6 de abril de 2011
Mujer Majestuosa
En un artículo de El Mundo de hoy ("El Mundo" es el nombre del periódico y "de hoy" significa que me refiero a la última edición) se puede leer un interesante artículo donde me he encontrado con una de las cosas más absurdas que he visto ultimamente.
El interesante artículo trata sobre una revista que ha lanzado Al-Qaeda que pretende ser algo así como el Cosmopolitan o Vanity Fair de las abnegadas mujeres de los terroristas suicidas. En ella se pueden encontrar útiles consejos de belleza o recomendaciones para ser una buena mujer, madre y esposa de futuros terroristas, a poder ser. De hecho, se les anima a casarse con un futuro suicida en vez de con un "simple musulmán", siempre que sea posible. Adorable.
Pero, aunque no lo parezca, esto no es lo absurdo, que bien podría. ¿Hay más?¡Hay más!
Por lo que se ve, en el primer número, cuya portada es la foto de una ametralladora, también viene incluida una nota en la que se habla de la desaparición y búsqueda de una mujer desaparecida. Con el fin de facilitar a su localización se pide la colaboración ciudadana. La pista que ayudará a reconocerla: una foto de una mujer completamente enfundada en un burka verde oscuro, cuyos ojos ni siquiera se intuyen detrás de la diminuta rejilla situada a su altura. Algo me dice que tendrán problemas para dar con ella.
He intentado encontrar un link, pero parece que no está disponible la versión digital del artículo. Una pena, se pasa un rato distraído leyéndolo.
Al paro
"El mundo tiene a veces sabor de Nochevieja." Paseo Marítimo, de Luis García Montero.
Hoy el mundo tiene un extraño y nada melancólico sabor a Viernes.
domingo, 3 de abril de 2011
Vivo
fin de semana
a fin de semana
esclavo de un cash flow
que me es adverso
un enemigo
con el que negociar
un futuro incierto
que me promete crisis futuras
y escasez de medios.
De mayor quiero
poseer una de casas
con dos puertas
una para las visitas
y otra para el servicio
la única tranquilidad posible
ante la noche
es contar con dinero en el bolsillo.
fin de semana
a fin de semana
esclavo de un cash flow
que me es adverso
un enemigo
con el que negociar
un futuro incierto
que me promete crisis futuras
y escasez de medios.
De mayor quiero
poseer una de casas
con dos puertas
una para las visitas
y otra para el servicio
la única tranquilidad posible
ante la noche
es contar con dinero en el bolsillo.
viernes, 1 de abril de 2011
Súper Mario
No es la primera vez
que me prometes
que no vas a morir
y faltas a tu palabra.
Me voy a dormir,
creo
que he comido demasiado.
que me prometes
que no vas a morir
y faltas a tu palabra.
Me voy a dormir,
creo
que he comido demasiado.
Una esquina, una puerta, una ventana, nada
Habita episodios atrasados
que se emiten a partir de medianoche,
en cartas que llegan a su nombre
que sólo traen escrito un "ya me he ido".
Devuelvo las facturas,
las revistas donde aprendió las frases para abandonarme.
Un río de candados antes subterráneo
aflora de cuando en cuando en el pasillo,
cargando el rumor hasta la superficie
del eco de sus pasos que se pierden
en hojas a las que ya ha renunciado el calendario.
Pretendo echar la llave a sus habitaciones,
desinfectar esas paredes o incendiarlas,
pintarlas del color de la lluvia ácida
que separa el pellejo usado de los huesos
y brinda otro punto de partida tras ser purificados.
No quiere marcharse,
se revuelve feroz y felina
como un depredador acorralado
y de un zarpazo desordena las estrellas.
Ancla sus garras oxidadas sobre piel ya muerta,
revisita y reclama viejas cicatrices.
Extraño su lugar entre mis cosas.
Dibujo un mapa insólito de ausencias
que recoja los puntos de mi cuerpo
que mantienen aún el luto contraído
ante tanta estantería ahora vacía.
Estoy comprándole la soledad a plazos,
una colección que no se vende en los quioscos.
Y un Domingo por la mañana al despertarme
comprendo al fin que duermo abrazado a su cadáver
Cementerio Nuclear
Lo que se teme sean miles de cadáveres se encuentran esparcidos a lo largo y ancho del radio de seguridad de 30 km que rodea la planta de Fukushima.
Su recuperación queda excluida, de momento, de las labores de búsqueda de desaparecidos. Se sabe que reposan allí, pero no se autoriza su rescate. Se teme que los niveles de radiación acumulados desde la catástrofe y absorbidos por los restos sean mortales para aquellos que pretendan retirarlos.
Cientos, puede que miles, cuerpos que alguien antes amó y que ahora extrañan, abandonados a su suerte, invadidos de radiación; las partículas secretas e invisibles de Dios.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)