Se podría suponer que alguien que pasa largos ratos como yo en la biblioteca debe tener en mente, la gran mayoría del tiempo que está ahí, los estudios.
Concentración absoluta. Los estudios o nada. Disciplina a través de la costumbre.
Pues no.
El pensamiento que más a menudo cruza mi cabeza durante esas largas horas es: "Cómo me gustan las tetas"
lunes, 9 de agosto de 2010
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