Yo hablo del mar abierto verdadero.
Kilómetros y kilómetros de agua
y nada más.
Nada alrededor, nada a la vista
más que el azul encontrándose con el azul
en los bordes.
¿Hay algo más maravilloso que una ola
formándose entre la calma de un lugar
al que no llega el viento?
¿Quién la puso ahí,
donde la voz no encuentra vehículo?
Donde ni tú ni yo
tenemos necesidad de nombre
y el mercurio es sólido.
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