jueves, 30 de diciembre de 2010

Desalia: Vive ahora

El fin del mundo me pilló con corbata y cara de bobo. A punto de salir por la puerta.
Como Apocalipsis fue algo atípico.
No llovió fuego, no se dieron la vuelta las montañas. No se retorcieron los mares como caracolas para luego inundar los campos de trigo. No oí chillar a nadie el tiempo que duró, nadie se dijo “te quiero” a modo de despedida.
Cuando llegó yo tenía mis planes divididos en dos grupos: los que estaban a medias y los que no había comenzado.
El mundo empezó a girar más despacio y los acontecimientos se sucedieron lentamente, muy lentamente. No sé cuánto duró el fin, quizá incluso cumplí años en el proceso. No sé. Lo que ocurrió fue que todo alrededor se fue difuminando desde el lamentable Technicolor a un triste blanco y negro, mientras el tejido de la realidad se fragmentaba y se evaporaba como los bordes de un papel que se queman aplicándoles la llama de un mechero.
Yo no había hecho el amor todavía, no había visitado Nueva York ni había aprendido a ser feliz.
No había montado ningún mueble de Ikea.
¿Dónde volaron las cenizas del oxígeno que ya no respiramos?
Recuerdo sentir la ilusión de un vendaval azotándome en la cara cuando aquello que ocupaba el universo empezó e desaparecer por un confín hasta llegar a la entrada de mi piso. Todo lo que fue destruyéndose me pasó al lado antes de perderse en la Nada. La Gran Muralla China, un Ferrari, edificios donde había vivido, edificios donde me hubiera gustado vivir algún día, de haber seguido existiendo el mundo.
Familias enteras de la mano; papá agarrando la mano de mamá, mamá agarrando la mano de su hija, la niña cogiendo de la mano a su hermano, el pequeño sujetando con su manita un globo.
Recuerdo, también, observar un perro acercándose desde el infinito, haciéndose más y más flaco según seguía la corriente de desaparición, tan escuálido al final que me pareció tan sólo una mera excusa para un par de orejas y un rabo. Recuerdo pensar en todas las desconocidas de las que me había enamorado y a las que nunca me atreví a dirigir la palabra.
El fin del mundo sonaba a cuarteto de viento tocando desde un punto muy lejano. Fue un espectáculo curioso, disfruté de su belleza.
Me sorprendió sin haber tenido un hijo, sin haber escrito un libro, sin haber plantado un árbol.
Sin haber matado a nadie.
No obstante no protesté, aunque nunca tuve la oportunidad de vestir ropa cara como la de las estrellas de Hollywood y el traje que llevaba no estuviera hecho a medida. Me limité a observarlo todo, a un tiempo fascinado y molesto por no tener papel y lápiz para dibujar la existencia implosionando.
Cuando todo acabó, en el fondo me sentí aliviado, despojado de la presión de decidir dónde salir ese viernes por la noche.
El fin del mundo me sorprendió viviendo una vida perfectamente fútil y prescindible, pero con estanterías salpicadas de libros escritos con ingenio y un ordenador repleto de buena música y pornografía de calidad.


Y dime, ¿cómo te sorprendió a ti? Déjame adivinar: con las bragas bajadas, como siempre.

Utopía, de Tomás Moro

Sueño con otro mundo. Uno distinto a éste, mejor. En el que la gente aparque como si fueran personas, en vez de hijos de la gran puta.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

For American Psycho´s Sake

Deep inside I somehow realise it´s not the first time I wake up out here, disoriented and lying on the dust in the surroundings of this same rest area. Funnily enough, I can´t tell where exactly it is located. Not near any city, that is for sure. I can see freeways, cars passing by at high speed. Not any buildings, though and no people either. I don´t remember much about anything; my car can´t be far away, I remeber parking it somewhere underneath a bunch of stars if that´s any clue at all.
I think about your eyes, they are smiling and they whisper "You know, don´t play it coy".
Waving my hand around my head, trying to make the smoke I imagine your reminder as disappear I mumble "Yeah, yeah, I know, it´s all your fault. Or better, mine ´cause I can´t help loving you no matter what a bitch you are". And we both know, she is some bitch.
As soon as I climb the stairs of the bar´s entrance I´m struck with a sense of welcome. It´s odd but, in a way, this place feels like home. It is deserted, but just as if everyone had just vanished seconds ago: it´s all neat and clean, there is recently made coffee coming out of an spresso machine, and half-eaten food on the tables.
Why is this, that I feel so comfortable here, so sure that this is the place, the right spot, as if I belonged here and nowhere else?
It could be because this lonely landscape reminds me of the desert I grew up in. Probably has something to do with the fact that I have always found peace in lonely frontiers, those which could have just been torn off from any given southern song about lost, drunk cowboys riding without direction, yet always advancing to their own death and oblivion. I kind of wish I could find mine, because you sure wouldn´t been able to chase me that far and that´s good enough for me, no matter what it means in the end.
While I hum a tune that sounds suspiciously familiar to Knockin´On Heaven´s Doors but isn´t I head to the bathroom to wash the dirt off me and clean myself a bit.
It seems OK, it even smell fresh, which is good but really means nothing about how healthy it really is. A piece of paper hanging on the wall says that María cleaned this place at 8 AM and Cristina and Joana did so at 10 AM and 12 AM respectively. Now it´s two o´clock in the evening.
There is a shower booth in the left corner of the room, near the urinaries.
At some primary stage of my being I know that, as this is not the first time I live this situation, I will probably wake up on the same road again soon and this will happen all along once again, who knows how many more times.
So, I guess, the only question remaining is how much can I trust Joana.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Metesaca

En cuanto al sexo, no es tanto el sexo en sí lo que echo de menos. No es el proceso físico, no es el ritual ni siquiera el placer, si me apuras.
Extraño más el tener la piel templada y suave de una mujer desnuda toda esparcida sobre la mía. Es su olor poco antes prohibido impregnándonos a mi sofá y a mi, poniéndonos perdidos a ambos.
Sus ojos abieros, su boca abierta, sus brazos abiertos. Más la presencia de éstos que lo que se puede hacer con ellos.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Feliz Navidad

Sólo quiero dejar constancia de esto por escrito:
Mi abuela Loli llena la nevera de Babybel,fanta de naranja y lomo cada vez que sabe que venimos.
Ya no sabe si nos gusta o no, pero lo hace.
Aquellos que tengais abuelos sabéis de lo que hablo; querer a un abuelo es como querer a un bebé, un ejemplo de amor perfecto.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Madrugada sin salir el sol

Algunos malgastan sus noches tumbados en la cama, acostándose temprano y soñando un mañana como solución espontánea.
Otros las queman afuera, inyectándose sustancias extrañas e invasivas, aterrados ante la posibilidad de pasar un noche sin dormir, mirando al techo y finalmente, pensar.
¿Cómo juzgar, cómo decidir cuál de las dos es mejor que la otra? ¿Por qué hacerlo?
Si, al final, reciclar o no son dos maneras distintas de tirar la misma basura.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Rio Bravo

Sé que te has hartado de mí. Te entiendo. Yo también estoy harto de mí, desearía poder alejarme de mí mismo una temporada. No tener que verme. Estoy muy cansado, muy cansado de ser yo.
Supongo que por razones distintas. Me porto peor contigo que conmigo, aunque tampoco es que me trate bien. Pero eso ya lo sabes.
He hecho muchas cosas odiosas, muchas cosas crueles. Y muchas tonterías.
La última sé que me va a salir cara. Y no te lo reprocho, no tienes por qué aguantar ese tipo de cosas. No te lo mereces.
Tú me dijiste que te ibas, que esta vez sí. Y yo, como todas las demás, no te tomé en serio. No debí hacer eso, dibujarte un coño en un papel y enseñártelo como una bandera. Quería sacarte de quicio pero, ¿sabes?, en el fondo con quien estaba rabioso era conmigo.
Reaccionaste lo mejor que supiste, me dijiste "Disfrútalo". Me dijiste "Disfrútalo, porque es el último coño que vas a ver en mucho tiempo".
Yo tenía que haber hecho lo lógico cuando te diste la vuelta. Aún sin pedirte perdón- sabes que no se me da bien- debí haber corrido detrás de ti cuando te diste la vuelta, evitar que salieras de casa, aunque fuera por la fuerza.
Sin embargo, me quedé parado, absorto, pensando en los buenos viejos tiempos. Ni si quiera te vi marchar, estaba en otro tiempo, en otra noche. En una de esas en las que tenía toda la cara cubierta por tus caderas, tus piernas presionando mis mejillas, revolcándose en mis mofletes y ellos en ellas. Un beso en los labios, a modo de despedida, antes de que huyera. Como si fuera un forajido del Salvaje Oeste a punto de cometer un crimen y tu coño, mi pañuelo de bandolero.

La Margarita en la solapa

Hola, queridos amigos y amigas. He aquí una nueva entrega de nuestra popular bitácora sobre moda "La Margarita en la solapa", donde todos y todas, tanto chicos como chicas como chicos a los que les gustaría haber sido o ser chicas, pueden dirigir sus preguntas para que nuestro especialista les conteste. Así os mantendreis al corriente de lo que está más in y de lo que empieza a estar out.

El tema de hoy, propuesto por un internauta anónimo que tiene una duda sobre etiqueta en el trabajo,es el siguiente:

"Corbatas blancas... ¿Cuándo?"
NUNCA.

martes, 7 de diciembre de 2010

Leña al mono

No sé si los chicos malos van al cielo.
Lo que es seguro es que antes pasan por tu cama.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Esta es nuestra Gran Depresión, Tyler

Exhalé un aliento caliente sobre el cristal de mis gafas de pasta negra y las lentes se llenaron de vaho.
Las froté con el borde de los faldones de mi americana de pana para abrillantarlas. Las orienté hacia la claridad de la ventana y comprobé que estaban relucientes, la luz amplificada jugaba a reflejarse sobre mi barba. Me las coloqué ajustando las patillas sobre las orejas, buscando el punto donde siempre reposan, allí donde no me hacen rozaduras, y me dispuse a continuar.
- Bien, sigamos. ¿Por dónde íbamos? Ah sí, José.
- Yo voy a ser abogado- dijo el chiquillo con su vocecita y cuando acabó de hablar se levantaron al menos otra docena de manos pidiendo su turno para hablar.
- ¿Inés?
- Yo quiero ser veterinaria- nada más decirlo se ruborizó y miro al suelo ahogando una graciosa risita.
Una marabunta de voces intentando acoplarse unas sobre otras comenzó a rugir gritando sin orden ni concierto buscando ser oídas, diciendo cosas como "¡Periodista!", "¡Piloto!", "¡Enfermera!" y muchas otras.
Había futuros banqueros, ingenieros, oficinistas, voces agudas que gritaban oficios de todo tipo.
Intenté poner orden, pero ni siquiera yo conseguía distinguir mi propia voz entre el jaleo. Decidí coger el borrador y golpearlo repetidamente contra la pizarra, hasta que los niños se callaron.
- Muy bien, así mejor. Si queréis seguir con esto, tendremos que seguir un orden, o lo dejamos ahora mismo.
Treinta caritas me miraban con los ojos abiertos, expectantes, en silencio. Bien.
Sonreí.
- De acuerdo, seguimos, pero sólo si os portáis bien- Más silencio-. Vale, eso me gusta más. A ver, el siguiente, tú, Álvaro, por ejemplo, cuéntanos; ¿Cómo quieres desperdiciar tu vida cuando seas mayor?

Calla, lo tengo en la punta de la lengua

El amor es...
El amor...
A ver, el amor, cuando estás enamorado...
Un segundo, el amor es...

domingo, 28 de noviembre de 2010

La cena de los idiotas

"A quién no ama,
¿cómo podemos conocer o cómo perdonar?"
Claudio Rodriguez.



Habita el frío en los primeros rayos de sol de la mañana.
Una luz que viaja clara como el cristal, pero más metálica, que porta el sonido del silencio de la soledad y también pequéñas motas de polvo como diminutos enjambres de cuchillas.
Cuándo se está solo es complicado enfrentarse a alba, respirar sus aristas mortales bajo el perdido cielo azul de blues transparente y descafeinado, sin humo ni trompetas.
Vacío de propósito y mensaje, envuelto solamente por ese frío que me recuerda al mismo frío que habita dentro de mí.
Porque yo no amo y nadie ama los espacios de los que se conforma mi interior.
Al menos nunca de verdad y no les culpo.
Hay rincones que no están hechos para amar,que no se prestan.
Como los aeropuertos, ¿quién podría?, esquinas impersonales.
Estériles.
Desinfectadas.
¿Qué podría crecer entre sus interminables hileras de sillas?
Es un lugar diseñado para el tránsito entre lugares mejores.
Nadie espera nada de los aeropuertos.
¿Quién podría amarlos o amar un edificio de oficinas donde en cada compartimento se marchitan vidas a ritmo de teléfonos y teclados, al implacable son del barrido de la fotocopiadora?
¿Quién podría amar la piedra de mis galerías, algo tan impersonal, tan insincero?
¿Quién podría amarme a mí, y quién lo ha hecho?
Nadie.
No se puede amar a quien no ama porque no es posible amar a los farsantes, al que cada vez que se ha dicho enamorado sólo estaba, aún sin saberlo, enamorado de sí mismo.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Mamá dice que los enfermos son los que tienen pensamientos enfermizos

Si no me dieran miedo los cuchillos, si no me mareara cada vez que veo sangre, me clavaría un puñal en cada una de las yemas de mis dedos.Dejaría que goteara sobre el suelo. Tip- top- top. Una vez en él la extendería toda alrededor. Así la sangre que manara de mis manos se mezaclaría con la que ya había caído mientras la restregaba sin darle ninguna forma en absoluto. Todo el mundo sabe que no es necesario, son cosas de las películas.Una vez estuviera la sala esparcida de rojo y sucia, le llamaría. No es necesario invocarle, basta con decir su nombre con seguridad. Él sabe cuando es de verdad, cuándo vas en serio.He pensado que no me gusta esta camisa. Fue una mala compra. Y no sé por qué, huele. Aquella vez también olía, y creo que lo notaste. Me dió rabia, para una vez que te acercabas, podrías pensar que eso era normal. Y yo no huelo nunca, salvo que lleve esa camisa.Así que quiero deshacerme de ella. De ella y de un par de canciones. De ella, un par de canciones y algún recuerdo. Casi todos de faltas que yo cometí, con las que no puedo reconciliarme y es complicado convivir. También tengo un par de regalos de los que librarme, y tú tienes que recibir tu merecido.Así que he pensado que, en lugar de simplemente abandonar todas esas cosas en cualquier parte, haría un trato con el Demonio, ese viejo amigo.Le cambiaría todo aquello por sólo dos cosas, una pistola con muchas balas y una amnistía.La pistola la utilizaría para dispararte en dos tiempos. La primera parte consistiría en vacíar medio cargador contra tu cuerpo, sin vacilar , disfrutando de cada bala de manera atropellada, a borbotones, sin tiempo para paladear ninguna de ellas. Descarga tras descarga tu cuerpo se sacudiría como un muñeco de trapo. Una orgía de impactos, un dibujo aleatorio de agujeros rojos y ennegrecidos, humeando sobre tu maltrecha anatomía. Arte.
Al llegar a la bala "n/2" de "n" totales, dejaría de apretar el gatillo. Tu cuerpo, hasta ahora golpeado por los proyectiles sin descanso, perdería poco a poco su energía cinética y acabaría cayendo al suelo, de cualquier manera. Triste y roto. Dejando tu semi-cadáver en esa posición, la que fuera, yo me acercaría y me situaría, de pie, sobre ti. Y así, sin dudas ni vacilaciones y ahora sí, tomándome mi tiempo y siguiendo mentalmente en procesión la trayectoria de cada bala, dispararía el resto de munición sobre ti. A quemarropa.
Y una vez perpretada la matanza, una vez yacieras muerta y desfigurada sobre un minúsculo charco de sangre reseca por los bordes, pediría mi segundo deseo, la amnistía.
Para no ser condenado por asesinato.
No puedo ir a la cárcel, no soportaría estar lejos de ti.

Sueña con su calavera...

La vi poco antes de llegar a la cancela. Jugueteaba con las llaves a punto de abrir la puerta cuando la vi bajarse de su coche. Había aparcado enfrente, cruzando el paso de cebra. Era muy guapa. Rubia, alta, se movía de manera suave y confiada. Llevaba un bolso que también podía ser una mochila. Es decir, parecía una estudiante. Supuse que tendría más o menos mi edad y eso me extrañó. Llevo viviendo toda la vida aquí, cuándo yo llegué todo lo que había más allá de mi casa era un descampado. En todo este tiempo no había visto una chica tan guapa merodeando por aquí y, por alguna razón, me dió la impresión de que debía vivir cerca. Por su actitud, parecía como si llevara a cabo un rutina. Aparcar, bajar del coche, abrir la puerta del copiloto para recoger sus cosas.
Yo entré en mi urbanización, saludé al portero y fui a cerrar la puerta.
"Espera", dijo ella, y se acercó trotando a la puerta con un sonrisa un tanto azorada, por hacerme aguantar la puerta.
Entró conmigo y saludó al portero. Él le devolvió el saludo como si fuera un vecina más.
No puede ser, pensé. No vive aquí, conozco a todo el mundo aquí. Aquí no hay chicas guapas. No tenía idea de que hubiera habido mudanzas y menos de que hubiera llegado a la comunidad una familia con una hija de más o menos mi edad. ¿Sería posible?
Me la quede mirando extrañado y, no supiendo hacer nada mejor, continué mi camino hacia mi portal. Al fondo, a la derecha. Era el más alejado de todos.
Según me acercaba me di cuenta que me seguía. O no, pero que en cualquier caso se dirigía a mi portal.
Esto sí que no puede ser, seguía pensando yo. No puede haberse mudado a mi portal. Lo sabría, eso sí tendría que saberlo. Mi madre me lo hubiera comentado, yo tendría que haber oído algo.
Sin embargo, ¿de qué me quejaba? Llevaba toda la vida esperando algo así, una vecina interesante. Y vaya si lo era. O lo parecía.
Subí al ascensor, ya de mucho mejor humor, y ella subió detrás de mí.
"¿A qué piso vas?", pregunté.
"Al mismo que tú", contestó y sonrió, pícara.
Vaya, pensé. No sé por qué no me gusto aquello. Es otro problema que tengo, supongo que fruto de alguna inseguridad. Tiendo a pensar que una mujer atractiva que se interesa por mí está jugando conmigo de algún modo.
Le di una oportunidad: "¿Estás segura?".
"A- há".
"Muy bien", dije yo, y me encogí de hombros. Ella se lo había buscado.
Metí la llave del garaje en la cerradura y giré. Le sonreí y ella me devolvió la sonrisa. Supongo que esa chica sonreía mucho.
En cuánto empezamos a bajar ella notó que algo iba mal. Primero, porque el ascensor iba bastante rápido. Luego probablemente le alarmó que los cuatro pisos del sótano se sucedieran de manera vertiginosa. Y el golpe, claro. Cuando traspasamos el hormigón armado y el cemento armado y todo el metal armado de los cimientos y seguimos precipitándonos abajo, y abajo y más y más profundo en el interior de la tierra, atravesando conductos de agua, de gas, cables telefónicos.
Empezaba a hacer bastante calor y ella comenzó a gritar, a chillar más bien. Me miraba con la cara desencajada y los ojos envenenados de miedo. Yo me encogí de hombros de nuevo.
Supongo que, al final, no íbamos al mismo piso.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Unos tantos...

En ocasiones, el grado de felicidad de una persona puede estar estrechamente ligado a factores cómo lo cómodo que se esté con el hecho de que no haya ninguna mujer guapa esperando al volante de un coche, con la doble intermitencia puesta, delante de la puerta de su casa.

Como muestra, un botón

Yo sé de un disco de tamaño diminuto
rodeando una circunferencia aún más pequeña.
Dos redondeles concéntricos
tan concentrados en un punto
que es imposible recorrer su circuito con el dedo
sin abandonar el espacio que confina.
Hablo de una órbita insegura e inestable
nacida al calor de una estrella subenana
en un sistema solar cuya materia
se conforma principalmente de reproches.
Un diferencial de superficie a priori desdeñable
para el cálculo simplificado de un problema
que, sin embargo, alberga todo un universo alternativo
trascendente a explicaciones matemáticas
y sostenido en la memoria de un recuerdo inexistente.
O acaso extraviado entre las sábanas
de una cama impenitentemente suspendida
en algún momento de una corriente temporal muy diferente
esta sí,
sensible a tus pezones.

martes, 9 de noviembre de 2010

Marca Reg.

Esto es como una Oreo
te voy a decir como se usa
primero se abre con cuidado
y después se chupa.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Cantos de amor asimétrico
saxofones de tristes notas.
Noches oscuras de viento gélido
que levantan del suelo hojas secas.
Y tus ojos, tus ojos a lo lejos, me miran entornados
y yo los miro de vuelta
temblando como un papel mojado.
Nuestras miradas se cruzan,
chocan nuestros dos mundos y la noche se ilumina.
Despilfarro sentimientos
que se pierden en las vibraciones intermedias.
Siento tomar forma un beso
que nace de la urgencia,
de la fuerza que imprime una necesidad.
Planea una suerte de ahora o nunca y tú
tan rápida y sonando a tiempo que se escapa,
a demasiado tarde,
amenazas con elevarte sobre las farolas y escapar
pero la acera no perdonaría que dejaras de pisar sobre ella
y sus baldosas empiezan a hacer un ruido como de cascos
de caballo
levantándose en un tobogán que crezca hasta tocar tus pies.
La ciudad entera da la voz de alarma
-las farolas parpadean un SOS en morse-
y programa su corazón a estado suspendido
esperando a que regreses para volver a funcionar.
Me tiende su mano recubierta de granito y cristal
y cuando la estrecho, la urbe y yo,
yo y ella,
lloramos en silencio mientras te vemos marchar,
abriendo a tu paso las estrellas.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Más reflexiones de biblioteca

Hasta ahora jamás lo hubiera dicho, pero que tu debilidad sean las tetas grandes y no los culos bonitos tiene un par de desventajas.
Por ejemplo, si eres culista y no tetista y una chica con un culo impresionante se sienta delante tuyo en la biblioteca, es poco probable que te arruine la tarde de estudio.

Reflexiones sociológicas desde la biblioteca

He pensado que ya casi no se ven tangas asomando por encima del borde del pantalón. De hecho, he visto uno hace un momento y, además de hacerme reflexionar, me ha excitado bastante.
Antes eso no me pasaba, porque veía escenas parecidas constantemente, lo cual me hace preguntarme; ¿se ha pasado de moda? ¿O es que simplemente las chicas ahora se ponen el pantalón donde deberían?
En cualquier caso, ¿por qué dura tan poco lo bueno? ¿Por qué no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que, de repente, nos falta?

sábado, 6 de noviembre de 2010

For American Psycho´s Sake

Deep inside I somehow realise it´s not the first time I wake up out here, disoriented and lying on the dust in the surroundings of this same rest area. Funnily enough, I can´t tell where exactly it is located. Not near any city, that is for sure. I can see freeways, cars passing by at high speed. Not any buildings, though and no people either. I don´t remember much about anything; my car can´t be far away, I remeber parking it somewhere underneath a bunch of stars if that´s any clue at all.

I think about your eyes, they are smiling and they whisper "You know, don´t play it coy".

Waving my hand around my head, trying to make the smoke I imagine your reminder as disappear I mumble "Yeah, yeah, I know, it´s all your fault. Or better, mine ´cause I can´t help loving you no matter what a bitch you are". And we both know, she is some bitch.

As soon as I climb the stairs of the bar´s entrance I´m struck with a sense of welcome. It´s odd but, in a way, this place feels like home. It is deserted, but just as if everyone had just vanished seconds ago: it´s all neat and clean, there is recently made coffee coming out of an spresso machine, and half-eaten food on the tables.

Why is this, that I feel so comfortable here, so sure that this is the place, the right spot, as if I belonged here and nowhere else?

It could be because this lonely landscape reminds me of the desert I grew up in. Probably has something to do with the fact that I have always found peace in lonely frontiers, those which could have just been torn off from any given southern song about lost, drunk cowboys riding without direction, yet always advancing to their own death and oblivion. I kind of wish I could find mine, because you sure wouldn´t been able to chase me that far and that´s good enough for me, no matter what it means in the end.

While I hum a tune that sounds suspiciously familiar to Knockin´On Heaven´s Doors but isn´t I head to the bathroom to wash the dirt off me and clean myself a bit.

It seems OK, it even smell fresh, which is good but really means nothing about how healthy it really is. A piece of paper hanging on the wall says that María cleaned this place at 8 AM and Cristina and Joana did so at 10 AM and 12 AM respectively. Now it´s two o´clock in the evening.

There is a shower booth in the left corner of the room, near the urinaries.

At some primary stage of my being I know that, as this is not the first time I live this situation, I will probably wake up on the same road again soon and this will happen all along once again, who knows how many more times.

So, I guess, the only question remaining is how much can I trust Joana.

A 4 años vista

En este mundo de afanosa exageración
no sería sorpresivo
que una mañana teñida de humo
dos hombres al saludarse
en educación desmesurada
en vez del sombrero
se quitaran la cabeza.
La perdemos ya tan a menudo...
Parecería normal ese mismo día
que nuestros besos se escurrieran
por las rendijas de la alcantarilla.
Sin hacer ruido,
buscando las razones que les dimos
y perdieron en la costumbre.
La asfixia del día a día
estrangula nuestras cinturas
y nos encadena a las farolas
de las que el reloj tirano,
rugiente dios azteca,
no nos permite alejarnos.
Y en la ribera de la jungla de granito
abandonamos nuestros corazones en consigna
prometiéndoles volver
un día de estos.
(Ese momento nunca llega.)
¡Ah!
Buenos días de nuevo a usted también,
cristal opaco.

lunes, 1 de noviembre de 2010

La historia de mi vida

El día que repartieron
las papeletas al más tonto
estaba yo solo en la fila.
No sé exactamente qué hora es
pero es ahora cuando extraño
una cara familiar,
cuando se pasa el efecto del alcohol
y busco una mano en la rodilla,
una caricia en la mejilla
y un beso de buenas noches.
Como si fuera un niño
asustado de la oscuridad que le rodea,
a quien nadie oye llorar
que añora una canción de cuna.

martes, 26 de octubre de 2010

La verdad

Qué quieres que te diga. Lo que más lamento ahora es que nunca te voy a oir gemir, resoplar.

Ellas

Hay pocas sensaciones comparables con sentarte a la mesa con una mujer y comprender en un instante que se ha puesto guapa para ti. Que antes de salir de casa se ha mirado al espejo y se ha arreglado para gustarte. Que se ha preguntado "¿Cuál de estos vestidos me queda mejor?" y realmente le ha importado la respuesta.
Mientras la miras y sonríes ella te mira de vuelta e intenta leer en tus ojos si ha acertado con la elección.
No tiene que decir nada más, no tiene que hacer nada más. Con eso es más que suficiente.

Entrelíneas

¿Qué por qué puedo decir que soy una buena persona? Se me ocurren muchos ejemplos, pero me vale con uno sólo.
Porque al salir del metro, venga del humor que venga y haga el día que haga, siempre recojo los folletos que me ofrecen al salir y doy las gracias. Además, me preocupo de no tirarlos en la papelera más cercana, si no que los llevo conmigo hasta que no sea posible ver que me deshago de ellos.
¿Qué por qué me convierte eso en una buena persona?
Pensad sobre ello.

Colaboración Ciudadana

Cuando le echas la bronca a un capullo desconocido, cuando le gritas por la calle por el simple hecho de serlo- un capullo-, le haces un favor a la sociedad.
Porque, aunque probablemente sea demasiado capullo como para comprender la lección de lo que está haciendo incorrectamente o ni siquiera procesar que esté haciendo algo mal, si eres lo suficientemente desagradable quizá le arruines parte del día. En cualquier caso, se lo merece. Pero además, a lo mejor y sólo a lo mejor, otro día se acuerde de aquel cabreo justo antes de repetir la capullada y, milagro, lo evite.
Así aprenden ellos. Es tu deber cívico enseñarles.

sábado, 16 de octubre de 2010

Lo nuestro ,
lo nuestro no fue amor a primera vista.
No tan sólo.
Fue amor a primera, a segunda,
a tercera...
A todas las vistas consecutivas.
Fue una balada de rock de la frontera,
del desierto.
Porque aunque no lo supiéramos
un solo paso en falso
corría el peligro de llevarnos
al otro lado del borde,
a otro país, otro estado
uno que estaba demasiado lejos.
Más allá de la alambrada y del tiempo.

sábado, 9 de octubre de 2010

No debería ser tan complicado esto de encontrar a la mujer de mi vida.
Al fin y al cabo, ella debe estar buscándome a mi también.

lunes, 4 de octubre de 2010

Yo te pregunto: ¿cuándo fue la última vez, lo recuerdas, que besaste como si quisieras sorber su vida y hacerla tuya?
¿Recuerdas la última vez que te vaciaste en un solo beso? Que buscaste oler, escuchar, ver, tocar y saborear al mismo tiempo. ¿Cuándo fue la última vez que te quedaste sin respiración?

viernes, 24 de septiembre de 2010

I.V.A

Todo este tiempo separados no ha sido un tiempo perdido. No tenemos nada que recuperar.
Tiene un valor, quizá más del que tuvo el que pasamos juntos.
Era justo el tiempo necesario para que tú te dieras cuenta de que me querías y para que yo aprendiera que, por muchas veces que te olvide, por mucho que pase sin pensar en ti, tardo sólo un segundo en recordar que yo también te quiero.
Dime ahora, dime, que hemos perdido el tiempo.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Un poquito de optimismo

Para variar.

Finales de Septiembre, principios de Octubre. Para aquellos cuyo calendario todavía se rige por los cursos que empiezan o acaban, estos días son una suerte de Año Nuevo. Primera conclusión evidente que olvidamos a menudo: somos jóvenes, estamos vivos. ¿Realmente hay algo lo suficientemente grave pasando como para que no podamos disfrutar de esto? Vamos, no lo creo. ¿Qué estamos haciendo? Mejor dicho, ¿qué cojones estamos haciendo? ¿Qué derecho tenemos para no disfrutar de la vida? Pelea, búscate las habichuelas, no es sólo la verdad lo que está ahí fuera. Todo está ahí afuera. "Ahí fuera" está repleto de cosas buenas, está hasta los topes. Creo que ha colgado el cartel de Completo. No es broma. Vaya con "ahí fuera".

Si tuviera bigote y estuviera fumando un puro masticado diría: ¡que me condenen!

Tenemos todo un nuevo curso por delante. Lleno de oportunidades. No sé vosotros, pero yo he perdido muchos cursos ya, creo que debería empezar a hacer algo al respecto. Lo primero en la lista va a ser traicionarme a mí mismo. He pensado en apuñalarme por la espalda. No me digáis nada, que no me avisen. Quiero pillarme por sorpresa y acuchillar esa parte pesimista de mí.
Voy a hacer algo novedoso: esperar lo mejor, y no sólo eso; voy a salir a buscarlo.
No voy a decir que voy a intentar ligar en las discotecas, no soy capaz de engañarme de ese modo. Paso a paso. Más seguro.
Pero circula una teoría que dice que tu actitud, tu energía, atrae y determina el tipo de cosas que te ocurren. Si sales a pelearte el dia con ganas, de manera positiva, con una sonrisa, es más fácil que te ocurran cosas buenas, que atraigas positivismo a su vez. Lo bueno y lo malo de las teorías es que no están demostradas. Puedes elegir si compras o no compras lo que te venden.
Yo esta la compro.

Si supiera bailar claqué haría castañear al suelo y acabaría con un giro, una palmada y las palmas de las manos extendidas y hacia arriba. Siempre me pareció cómico.

Nunca he sido un tipo optimista. Últimamente digo mucho la palabra "tipo". Me gusta. Digo que nunca he sido un tipo optimista, pero los propósitos de año nuevo están para intentar cambiar lo que no está bien de nosotros mismos, lo que no funciona. Con este panfleto de sentimentalismo barato sólo quiero decir que voy a intentar hacer eso. Ya sé que a nadie le importa un pito, es sólo que no tengo para pagarme el gimnasio ni voy a dejar de fumar, así que tenía que intentar alguna otra gilipollez. Por cubrir la papeleta.
Joder, no han pasado diez minutos y ya me da bastante asco esta mierda que he escrito.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Consejos para finales de Septiembre

Si alguien te pregunta qué tal tu vida, no digas "Todo bien"
Di "Me va de cine". Es lo que se lleva esta temporada

Avance de Octubre: Si te salen granos en la frente, deja de masturbarte como un mono.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Hay músculos en mi cuerpo
que no he usado nunca,
que no sé para que sirven.
Le doy vueltas y más vueltas
sin adjudicarles un motivo,
una función
y como no les encuentro sentido físico
he decidido que son para esperarte.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

- Estoy esperando una señal...
Sólo tuve que decir "señal" y ella se apareció ¡Bum! justo delante de mí.
- Tú me quieres, ¿no es cierto?- dijo.
Allí estaba ella, por fin. Cómo por arte de magia. Tan cerca. Y sin embargo...
- ¿Cómo puedo quererte? Dime. ¿Cómo puedo quererte si no sé su tu nombre, no te conozco, no sé aún que aspecto tienes? ¿Es posible que te quiera sin saber acaso quién eres?
Ella me miró como quien mira a un chiquillo perdido. Lo sé aunque no podía ver sus ojos.
- Lo sé, lo sé. Shhhh. Pero aún así, aún así y con todo, me quieres. ¿Verdad?
Yo miré al suelo. A ella no, en ningún momento, porque estaba avergonzado. Y dije: sí. Dije: sí, es verdad. Te quiero.

domingo, 29 de agosto de 2010

Preguntas tontas, respuestas estúpidas

¿Qué por qué fumo? Porque fumar mola. Y tú molas más si fumas.
Todo lo que digas y hagas queda mejor si llevas un pitillo en la boca. Si no fumas, no eres interesante. Sólo uno de esos tipos que corren regularmente y se preocupan de su estado físico. Un metrosexual despreciable.
Si fumas, te envuelve un humo de misterio y otro de tabaco. Eres más atractivo, enigmático y peligroso. ¿Cómo se liga sin fumar? No se liga.
¿Qué es malo para la salud? Bien, pongamos que es cierto. Cualquiera que ponga en una balanza el daño que provoca fumar contra cuánto más molas si fumas, elegería sin duda fumar. Molas mucho más que el "daño" que te haces. Porque molas muchísimo.Es rídiculo planteárselo siquiera.

¿Qué dices? ¿Qué tú no fumas? Pues eres un pringado.

Rita Hayworth

Ella comenzó a bajar uno por uno los 12 peldaños de la escalera, tomándose su tiempo. Cualquier intento de describir lo hermosa que estaba con ese vestido rojo sería inútil.
Me quedé quieto al pie de la escalera, mirándola descender, sin hacer otra cosa. En ese momento no se me ocurria nada mejor que eso. Ella debió ver mi cara e intentó no sonreir.
- ¿Qué tal estoy?- preguntó.
Yo intenté no sonreír también, pero no sé si lo conseguí del todo.
Cuando estuvo sólo un escalón por encima de mí me situé frente a ella.
-¿Sabes lo que te queda bien?
Ella fue la que me miró a mí entonces, esperando con expresión divertida mi respuesta.
- Todo- le dije.
Pasó a mi lado y no pudo ocultar su sonrisa. ¿Describir esa sonrisa? Otro intento inútil.
Un par de pasos antes de llegar a la puerta se paró a esperarme.
- ¿Vienes?
Me acerqué a ella y mi mano la condujo afuera por la cintura. Juntos, ella y yo, abandonamos aquella casa, aquella entrada, aquellas escaleras, dispuestos a pasar bailando esa última y templada noche de verano.

jueves, 26 de agosto de 2010

Estos son mis principios. No es que sean diferentes. Son mejores

Yo digo: si vas a perder, que sea con elegancia. Sé justo. Distingue entre el dolor que te causan a sabiendas o por falta de cuidado y los daños colaterales. Perdona los últimos, porque nadie tiene culpa de ellos y jamás olvides el otro. Yo digo: haz tu parte. Lo que sabes que está bien, aunque creas que otros no lo harían si estuvieran en tus zapatos. Si tú haces lo que te tocaba, nadie podrá nunca esgrimir contra ti un fracaso porque los demás no acabaran el trabajo. Haz tu mitad. Actúa de manera que siempre puedas estar orgulloso de lo que ves en el espejo. Mantente por encima, pero no de los que te rodean si no de la bajeza que haya dentro de tí.
No seas motivo de infelicidad para otros, no causes problemas. Cuida del que te necesite, del que te quiera y del que ames.
Aprende a disculparte. Sé crítico y ponte en el lugar del que se sienta ofendido. Esfuérzate en comprender cuál fue tu falta y nunca la repitas. Sé cuidadoso con la gente que convives, ellos conforman tu vida.
Marca la diferencia en las pequeñas cosas, sé capaz de sonreir antes de acostarte. Cada noche. Sin lugar para reproches.

viernes, 20 de agosto de 2010

No te preocupes mona, yo te traduzco

En inglés, "patada baja" se dice lowkick. Lo que tú haces se podría traducir por lovekick.
Es otro tipo de golpe bajo.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Retablo 3

Estaba tumbado, ligeramente recostado sobre la almohada y mirando al techo. Mientras fumaba y los dos guardaban silencio todo su pensamiento se reducía a dos reproches. Las dos cosas de las que se asestaba arrepintiendo. Nada más. Le martilleaban la cabeza y él las sentía como latidos cerebrales.
La primera era haber vuelto a acostarse con ella, después de tanto tiempo y tras todo lo que había pasado entre ellos.
- Así que no te gustan mis tetas- dijo ella.
La segunda era haber dicho eso.
Ella no estaba enfadada, o no lo parecía. Triste tampoco sería la palabra, aunque algo de eso había. Se podría decir que sonaba sorprendida y decepcionada. Un poco avergonzada también, o quizás incomoda.
- No he dicho que no me gusten.
- Pero sí has dicho que te parecen muy pequeñas, que a ti te gustan más grandes.
- Algo así.
- Pero cuando estábamos juntos siempre decías que las preferías así, pequeñas. Que te gustaban mucho y que eran perfectas para mí. Solías decir que eran del tamaño justo.
- Sí.
Ella le miró durante un rato, intentando entender. Puede que esperando una explicación. Luego de estar así, observándole en silencio, volvió a tumbarse sobre la cama, con la mirada perdida en el techo.
Él siguió fumando, absorto y todavía arrepintiéndose. Deseando estar en otra parte.
Un tiempo después, sin girarse, ella le preguntó:
- ¿Y por qué decías eso?
Sin girarse él tampoco, contestó:
- Te mentía. Para que te sintieras bien. Como cuando tú me decías que me querías.

lunes, 16 de agosto de 2010

Semántica

Si dijera que no pienso en ti, mentiría. Porque si no pensara en ti, no estaría escribiendo esto. Es lógico. Estaría escribiendo sobre otra cosa, o sobre nada.
Sólo negar el hecho de que esté o haya estado pensando en ti es ya de por sí pensar en ti. Aunque sea de rebote. No es posible pensar en no pensar en ti si no pienso en ti previamente, aunque sea solamente como un requisito indespensable, así que por esa parte tengo las manos atadas. Incluso cuando no quiero hacerlo pero se me escapa, o algo me recuerda a ti, pasa un eterno instante entre que me doy cuenta e intento pensar en otra cosa y, en algunos casos- no te voy a engañar-, me recreo pensando en ti todo lo que dura. Me lo tomo libre. Lo utilizo como excusa.
No puedo no pensar en ti si ocupo gran parte de mi tiempo esforzándome por no hacerlo. Como en esa película que está de moda, que le preguntan a un tipo "¿Qué es en lo primero que piensas si te digo que no pienses en elefantes?" El tipo piensa inmediatamente en un elefante, igual que yo ahora mismo o cualquiera que lea u oiga esa frase. Pues algo parecido. De hecho quien lea esto también podría estar pensando en ti justo ahora, si te conociera. Se dice que nos pitan los oídos cuando hablan de nosotros, ¿qué es lo que suena cuando lo que hacen es pensar sobre nosotros? ¿El bulbo raquídeo?
No es culpa mía pensar en ti, no me siento responsable de ello. Es un acto reflejo y todavía no sé qué es lo que lo dispara. Así que no es algo que yo busque, es sólo que ocurre. No es que piense en nada concreto, si no que hay un momento en el cual te paseas por mi mente. Entras y sales. A veces tardas más y a veces, menos. Lo que tardo en darme cuenta de que estoy pensando en ti, termino de hacerlo y paso a pensar en otra cosa.
Como ahora, que me estoy dando cuenta que llevo pensando en ti todo este rato que he estado escribiendo sobre pensar en no pensar en ti y voy a volver a encender la televisión o tararear una canción, que siempre funciona.

martes, 10 de agosto de 2010

El Malo

No tengo paciencia,
ni soy un artesano.
Conozco algunas palabras,
no demasiadas
pero las suficientes para que se rebelen
entremezclándose y pervirtiéndose
unas a otras
y no sepa escoger cuál es la correcta.

Debería pedir perdón
sólo por el hecho de intentarlo.

Abogado del Diablo

Y cuándo el día acabe,
¿quién levantara un dedo en tu defensa?
¿Quién dará un paso al frente,
y alzará la voz para decir:
No.
Ella no. Ella es pura?
Porque alguien deberá abogar por ti
cuando caiga la noche y seas juzgada
bajo las pupilas de aquellos
a los que enseñaste el significado
de palabras como "dolor" o "rabia".
Cierra los ojos y mírate
en el espejo oscuro de tus párpados.
Dime, cuando la negrura lo invada todo
y la luz se fugue
¿crees que podrás distinguir entre ella tu alma?

lunes, 9 de agosto de 2010

Vamos pal yate

Yo hablo del mar abierto verdadero.
Kilómetros y kilómetros de agua
y nada más.
Nada alrededor, nada a la vista
más que el azul encontrándose con el azul
en los bordes.
¿Hay algo más maravilloso que una ola
formándose entre la calma de un lugar
al que no llega el viento?
¿Quién la puso ahí,
donde la voz no encuentra vehículo?
Donde ni tú ni yo
tenemos necesidad de nombre
y el mercurio es sólido.

Pues no

Se podría suponer que alguien que pasa largos ratos como yo en la biblioteca debe tener en mente, la gran mayoría del tiempo que está ahí, los estudios.
Concentración absoluta. Los estudios o nada. Disciplina a través de la costumbre.
Pues no.
El pensamiento que más a menudo cruza mi cabeza durante esas largas horas es: "Cómo me gustan las tetas"

Y Toma Y Dale Y Sigue

Intento borrar cada rastro de ti
pero entre mis papeles no paro de encontrar
más y más corazones dibujados
que yo no puse ahí.

martes, 3 de agosto de 2010

El Cruce de Caminos (y sí, me gustan las mayúsculas)

Al final ha vuelto, para rescatarme. No estaba muy seguro de si volveríamos a vernos, últimamente estaba empezando a dudarlo seriamente. Siempre hemos tenido una relación complicada. Yo soy una persona desordenada en muchos aspectos. Mi manera de querer lo es, también. Quiero muy intensamente durante un tiempo, usualmente al principio, y luego me desinflo y parece que he perdido todo interés. A lo largo de los años lo he intentado muchas veces pero, no voy a engañar a nadie, todavía no lo he conseguido. Sigo en ello, que no cunda el pánico. Pero querer tan mal como yo lo hago es como vencer el alcoholismo. Hay que ir día a día. Eso dicen en la televisión, al menos.
Sin embargo si que soy una persona fiel, en un modo parecido a como lo sería un perro. Aunque no lo parezca, siempre estoy allí. Siempre lo estaré. Y a ella, que la he querido más que a ninguna, con más razón. Puede que pasemos largas temporadas separados, sin querer saber nada del uno del otro. Tiempos en los que ninguno sabemos qué es lo que el otro necesita, qué podemos ofrecernos mutuamente. Y, sin embargo, ella siempre sabe volver, llena de fuerza y con la misma promesa pero envuelta de otra manera, justo la que necesito cuando por fin ella lo entiende. Hay pocas cosas que quiera de verdad, pero la Música es una de ellas.
Me encanta, me inspira, me hace feliz y me hace desear nacer de nuevo pero, esta vez, sabiendo cantar aunque sólo sea un poco. Por encima de todas las cosas, no dejéis nunca que os intente engañar diciendo lo contrario, me moriría por ser cantante. Pero como no puedo, me conformo con escuchar mucha música, aprender todas las letras y melodías que puedo y hacer que formen parte de mi vida. Se vé que mi bisabuela le decía a mi madre cuando la oía cantar una canción de principio a fin: "Eso sí que te lo sabes bien y no las lecciones".
Y como estoy contento y como me gusta compartir lo que me gusta, ahí va todo con lo que la Música me ha prometido entretenerme duranto los próximos días:
- "Crossfire" de Brandon Flowers. Sí, el cantante de The Killers. Bombazo.
-"Everything" y "Haven´t met you yet" de Michael Bublé. En serio, suena muy bien.
-"You got the love" y "Dog days are over" de Florence + the Machine. Había oído hablar de este grupo y, de hecho, los había escuchado. Ahora bien, no tengo ni idea de cómo pude pasar por alto estas dos canciones. Para perdonármelo, tendré que escucharlas más o menos unas tres o cuatro veces al día durante las próximas semanas.
-"The cave", "Winter winds" y "Little lion man" de un grupo que una señorita quiso enseñarme hace unas semanas y que fui tan tonto como para despreciar. No todo lo que hacen es fácil, pero estas tres son buenas. Esta noche llamaré a la chica y le pediré perdón. Sin embargo, esto me hace pensar sobre todas las oportunidades que pierdo sin darme cuenta siquiera.
-Y ahí va prácticamente todo el nuevo disco de Arcade Fire, que se llama The Suburbs. Esta gente sabe hacer buena música. De verdad. Y yo voy a escuchar estas: "Half Light II", "We used to wait", "Sprawl II", "Suburban War", "Empty Room" y "City with no children".
A quien quiera que lea esto, ¡buen provecho! Y a ti, cariño, gracias. No te vayas mucho tiempo.

sábado, 31 de julio de 2010

500 días juntos

Hay veranos que parece que nunca acaban. Pasan los días y no se distingue el final, no quiere irse. Y, casi cuando estaba perdida toda esperanza, una mañana, de repente ha llegado el Otoño. Por sorpresa, sin avisar, todo naranja y oro. Porque aunque a veces lo olvide, aunque a veces lo dude, siempre detrás del Verano, por largo que sea, acaba por venir el Otoño.
Bendito sea.

jueves, 22 de julio de 2010

Comer solo en una cocina a oscuras
recalentando comida de días más felices,
de lo poco que me dejaste antes de huir.
Pienso en lo que me gustaba tu boca azul
y tus ojos suaves
y en que siempre temí
convertirme solamente en un paréntesis.
Y un día, de repente
¡voilá!
un par de barras curvas cada una
situada a un lado de mi cara.

martes, 20 de julio de 2010

Plan de Emprendedores 2011

Dicen los entendidos- la última vez que los contaron, creo que eran 6 o 7- que las crisis como la que nos ocupa- tomando para ocupar el sentido más amplio de la palabra- son momentos perfectos para crear y avanzar, cambiar. Es una época idónea para innovar, una oportunidad coyuntural para mejorar. Ellos dicen: ¡Aprovechadlo! Bueno, me guardo la opinión sobre estos estudiosos de la bobada y el arte de decir la tontería más gorda y haré como que estoy de acuerdo.
En este momento todo el mundo debe imaginarme asintiendo, mostrando serenamente y con estilo mi aprobación, sacando levemente los labios y cerrando casi imperceptiblemente los ojos. Si. Ahá. Totalmente de acuerdo. Fin del parón para imaginarme.
Así que voy a lanzarme. Con el permiso de algún banco o grupo de amigos crédulos, voy a reunir un pequeño capital y explotaré una oportunidad que parece que nadie más ha conseguido ver.
En España hay un nicho de mercado vacío y vacante, libre y anhelante, que espera que alguien aparezca y con valentía lo cubra. Que subsane este error y así mismo sea, por fin, capaz de cubrir todas las necesidades de los que esperan un servicio que aquí no ofrecemos.
Yo quiero ser ese audaz empresario, ese aventurero temerario, ese torero. Porque no me puedo equivocar, porque, en realidad, muchos hombres lo estamos pidiendo a gritos. Muy bajito, pero lo hacemos.
Aquí no existen esos bares de las películas americanas, aquellos a los cuales puedes ir tranquilamente a beber para olvidar, a emborracharte porque tu vida es una mierda, en la intimidad y de forma cómoda y discreta. No los hay. No hay ningún lugar al cual acudir para autodestruirse de manera digna. Beber solos en nuestras casas no es una opción, es demasiado triste. Un hombre que se precie no puede sentarse solo a tomar whisky tras whisky en la quietud de su apartamento o corre el peligro de caer en costumbres tan deplorables como llorar. No quiero ni pensarlo, lo siento, es demasiado fuerte. Necesito un momento de reposo.
...
Gracias, ya estoy mejor. ¿Por dónde iba? Los bares, sí. ¿Qué hay de esos bares oscuros, privados, con largas barras dónde siempre hay un camarero listo para oir ese "póngame otra"? Aquí no están. No existen. La gente que quiere beber tiene que ir a un bar con amplias cristaleras, a exponer sus miserias y a sí mismos a que chavales con globos pasen y les señalen, para luego ser alejados por unos padres que sacuden tristemente la cabeza. Locales sin clase con máquinas tragaperras dónde siempre hay un tipo de bigote blanco salpicado de suciedad marrón en su parte superior haciendo tintinear moneditas. Con el suelo de baldosas y adornado de servilletas de papel arrugadas. Donde todo el mundo se conoce y el único tipo que bebe a tu lado se está tomando un sol y sombra de mierda, lleva camisa de manga corta con bolsillo en el pecho en el cual guarda el tabaco y te pregunta si ayer viste al Atleti. Vamos, hombre, por favor, intento hacer algo serio aquí, ¿de acuerdo?
O bares donde la única gente que bebe es porque quiere emborracharse para salir y divertirse, porque no saben hablar a una mujer si no van de mierda hasta las cejas. Gente que está celebrando. ¡Celebrando! Venga, cojones, un respeto, que yo bebo porque sufro. No deberías ser legal que nos juntaran en el mismo sitio.
De eso hablaba... Nadie nos entiende. El alcohol incluso está caro, ¿pero no ves que lo necesito? Si voy a beber hasta que no sepa cuál es mi brazo y cuál mi pierna, pónmelo barato, te harás un favor.
¿Veis lo que decía? En serio, quiero pasarme las noches bebiendo, solo y en silencio, mirando la copa y pensando exclusivamente en la mierda en la que se ha convertido mi vida. ¿Por qué los americanos pueden hacerlo y yo no? ¿Podríamos decir que eso es una clase de racismo? ¿Se aplica en este caso?
¿Quién va a dar un paso adelante? ¿Quién va arreglar ésto, corregir este error? ¿Quién construirá ese lugar oscuro, con taburetes de madera y alejado de las miradas de la gente que pasa por la calle y de los imbéciles de quince años con ganas de emborracharlas para poder follárselas luego? (Por cierto chaval, eso es un error, borrachas follan incluso menos y peor de lo que lo hacen sobrias)
¿Quién me dará ese santuario- ¡alguien, rápido, por favor!- dónde pueda ir a beber de tal manera que no pueda pensar en línea recta, sobre todo lo que aquella mujer me robó, empezando por mi corbata favorita?

lunes, 19 de julio de 2010

No se qué hacer con todo el tiempo del que dispongo.
Me siento en esta silla, frente a la pantalla
y a la vez
me siento enjaulado dentro de mí mismo.
Deambulo desnudo por los pasillos de mi casa,
no acierto a encontrar la puerta de salida
y cuando por fin lo hago
no recuerdo cómo me ponías la ropa
así que no puedo salir, de todos modos.
Me quedo aquí, oliendo el calor
y mis remordimientos, todo el sexo reprimido
que se ha quedado impregnado en la pared
pegajoso y miserable, triste y patético.
Escucho canciones que he escuchado muchas veces antes
que ya no me dicen nada
porque me da miedo encontrarte
en alguna melodía nueva que suene
o en las que tarareaba cuando estaba contigo.
Me avergüenzo de la debilidad que supone
creer que necesito algo o a alguien
para que lave los pecados de mi carne
que lo ensucian todo alrededor.
Me avergüenzo de esta mierda que escribo
sin ganas y sin objetivo
tan pobre
y de cerrar los ojos e imaginar cómo sería estar
en cualquier otro sitio que no fuera mi cuerpo.

domingo, 18 de julio de 2010

Te odio en las luces brillantes de los árboles
y te odio en el silencio que las sigue.
En la música lejana que se apaga.
Te odio cuando todos los demás miran hacia otro lado,
cuando sonríen por algo que he dicho
y cuando sonrío yo por algo que recuerdo.
Lo hago de noche, cuando apuro el último trago
y pienso en que no tengo adonde ir.
Te odio cuando me siento a fumar y no miro a ninguna parte,
mi copa dejando diminutas gotas de humedad en mi mano,
cuando no puedo hacer otra cosa.
Te odio porque odiar es una de todas las opciones
y esta es la que yo escogí.
Y aunque intente ser mejor persona que eso lo hago,
odiarte,
entre las respiraciones de la gente.
Hasta que aprenda a no hacerlo
nos seguiremos viendo en el infierno.
Luego, supongo, ya no nos veremos nunca.

sábado, 17 de julio de 2010

Ahora que llevo unos cuantos grados de alcohol en el cuerpo puedeo ser sincero. Estoy harto de las mujeres que no disfrutan del sexo. De esas que no me quieren comer la poya por algún tipo de complejo impuesto por sus amigas puritanas o el tipo de televisión equivocada. De esas que me la tocan sólo por compromiso, para que me empalme lo justo para follármelas como quien se folla un cadáver. Un maniquí inerte que se deja hacer sobre la cama, tirada mirándo al techo. Esas que piensas que que me las tire es solamente un trámite que hay que pasar para que les compre flores. Me aburren.
Estoy harto de esas tetas pequeñas con las que me dejan jugar a regañadientes, para que no me enfade. De mujeres egoístas que creen que se merecen un orgasmo aunque no estén dispuestas a construirlo para mí ni para ellas mismas.
No quiero saber nada más de mujeres que prácticanmente creen que es una violación que las empotre contra el cabecero, pero que tienen miedo a decirme que no es así como su madre les contó que sería. Bienvenidas al siglo XXI reprimidas, si quereis el poder empezad a actuar como las líderes que pretendeis ser. Despojaos de ese cascarón tan aburrido, hacedme disfrutar. Pasad un buen rato, hacedmelo pasar a mí, princesas egoístas de la lencería rosa.
Quiero empezar una pelea que no pueda ganar. Quiero que me den una paliza, saborear mi propia sangre derramándose dentro de mi boca. Caliente y sucia. Sentir como el músculo se desgarra sobre los huesos de la mejilla. Quiero inflingir dolor y sufrirlo en mi cuerpo. Dejar de saber de él en mi cerebro para conocerlo encima de mi piel.
Dame cicatrices, dame moratones, estoy deseando ser consciente del dolor fisicamente, señalarlo por toda mi anatomía y no en mi cabeza. Una buena tunda que me haga entender realmente lo que me haces.

viernes, 16 de julio de 2010

Himnos para decir Goodbye

¿Está lloviendo bajo esas nubes,
a los lejos?
¿Están descargando su mensaje?
He oído que en esta tierra
han cambiado su agua por palabras,
combinaciones casi aleatorias de símbolos
que pretenden empapar la pista de aterrizaje.
Mientras los pasajeros entregan sus billetes
a la señorita de la puerta de embarque
están lloviendo despedidas,
fórmulas socialmente aceptadas
para decirnos hasta luego.
Quiero volver a verte. No me olvides.
Llámame nada más llegar a tu destino.
Que tengas buen viaje, adiós.
Escríbeme, con esto del email es ya tan fácil...
Una cortina entera de palabras que se prometen
toda clase de buenas intenciones.
Y al atravesar mi avión el chaparrón
de frases verticales con sabor amargo
dentro del tubo suenan en los altavoces
melodías de canciones pop tocadas por orquesta:
himnos precocinados para decir goodbye
de manera impersonal, por puro trámite
instrumentos mercenarios al servicio
de las transiciones entre estados intermedios.
Allí. El avión. Dos horas y luego aquí.
Aquí, donde me espera mi enfermedad
enseñándome los dientes.
Mi hogar, adonde vuelvo a seguir muriéndome
poco a poco, cada día
de mañanas en solitario, despertándome sin ti.

viernes, 2 de julio de 2010

Despues de un invierno malo...

Dijo Antonio Gamoneda: propongo mi cabeza por si hubiera la necesidad de soportar un rayo.

Todo el mundo necesita un tipo duro en su vida y alguien tiene que salvar el mundo.

jueves, 24 de junio de 2010

Este es un consejo para los niños; atentos chicos. Bueno, son varios. Atentos igualmente.
Lo más importante es que no os quedeis mirándola fijamente mucho rato. Cuánto menos, mejor. A intervalos cortos, si acaso. Si la miras mucho rato acabarás encontrando todos esos detalles que la hacen única. Creerás que nunca viste a nadie sonreir de esa manera, y que ni siquiera los bebés son tan adorables cuándo hacen pucheros- "Lo mejor es que ni siquiera lo hace a posta", pensarás. Pobre de tí, estás perdido.- y que aunque se enfade y te grite le queda muy bien ese ceño fruncido. No te quedes mirando, no busques todo lo que es especial en ella, si te enamoras de sus caras y sus gestos nunca podrás salir del laberinto. Concéntrate en las tetas, el culo, en esas cosas que tienen todas. Ahí está la seguridad. Todas tienen tetas, y siempre hay alguna con mejores tetas. Eso es una ley, como la gravedad o Murphy. Hazme caso, sé de lo que hablo.
Yo antes entendía mucho de tetas.
Ahora ya no sé tanto, pero me siguen gustando mucho, espero volver a estar pronto en la brecha.
Bueno, pero ese no era el tema, divago. Y además esto no es para niños. Los consejos sí, claro, lo de las tetas no. Bueno, ya me entendéis.
No la idolatréis, eso es muy importante. Es un ser humano, imperfecto como vosotros. De hecho, casi siempre mucho más. A veces puede ser muy irritante, lo imperfecta que puede llegar a ser. Dicen "lo que pasa con las mujeres es que son muy complicadas". Qué va, lo que pasa realmente es que están mal hechas, ésa es la verdad. En serio.
No hay que esperar que actúen de manera lógica, ni siquiera en su propio beneficio, es decir, cuando algo es potencialmente bueno para ellas. Ni aunque de hecho quieran, no te puedes fiar. Aunque sepa- ella, me refiero- que algo es bueno para ella y se muera de ganas de hacerlo, es muy probable que no lo haga. Eso es así. ¿Será por algo genético? No tengo ni idea, preguntadle a un científico. Pero eso es así. Aquí y en Corea.
A ver, qué más cosas no tienes que hacer... Veamos... No quedarte mirándola sonriendo como un bobo. Y qué mas... que nunca note que te estás enamorando, sé un tipo duro y todo eso... y también... y también... Bueno lo de pasar de ella, no sé yo nunca he sabido hacerlo, siempre parezco borde o doy la impresión de estar enfadado. Nada casual. Pero, oye, tú puedes probarlo. No me mires así, es sólo mi opinión. Mierda, si no quieres mis consejos ¿para qué estás escuchando? Bueno pues si no querías ofender, mejor cállate. Así seguro que no ofendes a nadie. Ahora me he perdido, no sé por dónde iba. Joder, ¿ves lo que pasa?
No sé que te iba a decir, tenía una lista enorme de cosas que nunca se deben hacer.
Bueno mira da igual, lo he pensado mejor. Olvidad todo lo que te he dicho, vosotros intentad pasarlo bien con ella, disfrutad del momento y haced las cosas lo mejor que sepais. Así sólo os equivocaréis más o menos un 92% de las veces, que no está mal, es poco menos que la media.
No se pueden dar consejos sobre qué hacer o no hacer cuando por fín la encuentras, realmente. Sólo puedo decir que hagas las cosas según te sientas, y según se te vayan presentado. El escenario suele ser el que abre posibilidades, tú sólo estate atento a ellas, para no perderlas. Las oportunidades.
Y sobre todo mucha suerte. Muchísima.
Siempre os faltará suerte, eso también es ley.

jueves, 10 de junio de 2010

Geografía nueva

Pienso en recorrer tu cuerpo con un lápiz
trazando a línea discontinua cada ruta,
tus caminos secretos y callejuelas ocultas.
Las vías muertas que dan a patios interiores
llenos de naranjos y esquinas oscuras.
Medir todas tus distancias con un compás de punta
forrado de algodón para que no te duela.
Darte el visto bueno y aprobar nuestro proyecto,
empezar a construir ya mismo, esta noche.
Formarme un mapa detallado en mi cabeza
y borrarlo para volver a empezar cuando yo quiera
o cuando tú me dejes, que no es lo mismo.
Recomendar tus lugares de interés
que no son pocos
y vivir en ti una temporada,
dormir en tus paradores y en tus áreas de descanso
para despertarme oliendo a lo que huelas.
Y luego, cuando pase el tiempo y ya no pueda
encontrar más recovecos
quiero llorar con la cabeza hundida entre tus pechos
como un niño perdido,
tus dedos jugando a inventar rizos en mi pelo.

viernes, 4 de junio de 2010

Popurrí

Aquella vez hablaste y te vi vocalizar confetti. Detrás tuya el cielo se dividía en dos; luz y oscuridad cada una a un lado. Y seguías diciendo tiras de colores, que se enrollaban y daban vueltas en el aire.
Los demás no parecían darse cuenta, ni de eso ni de ese cielo partido, y tampoco vieron lo que vino después. Nada de aquello.
No vieron el día que tembló la Tierra y tú, toda entera de color rosa, escupiste cuchillos. Cuchillos dentados como sierras, cuchillos malayos curvados como un signo de interrogación. Puñales toledanos. ¿Por qué lo hiciste? Te sentaba mejor el confetti, esas brillantes tiritas arcoiris.
Aunque a lo mejor no fue tampoco aquello, el confetti, puede que fueran serpientes, culebras, o tan sólo esparadrapo verde. No sé.
Ahora, si no me equivoco, desde la última vez que miré, escupes un frío y húmedo silencio, que escapa de tus labios en forma de volutas con billete de vuelta. Tú quieres decir, pero el hielo sale para volver y explotar en tu boca, de donde vuelve a salir de nuevo. Y no se acaba el ciclo, y tú no dices nada. Y yo sólo creo ver ese silencio que se dibuja porque el silencio es transparente como el agua, como el plástico y la muerte.
Digo tú quieres decir pero en fondo sólo lo creo.
Cuando recuperes la facultad del sonido y del bien, ¿querrás decirme, surtidor de silencio, cuando será fiesta otra vez, de nuevo?
¿Cuándo volverá a ser mi cumpleaños y cuándo te volverán a crecer las coletas y la inocencia?

Tu rostro mañana

Sonríe y di que sí. Di que sí vamos, ¿por qué no? Piénsalo un momento, no sabes dónde estarás mañana, no sabes quién seras tú, quién seré yo y si tendremos siquiera la misma cara. Quizás me mires y no me reconozcas, o sea yo el que no sepa de qué te recuerdo. Sólo sé que no será hoy, y no seremos nosotros, no de la misma manera. Otros. Di que sí... nunca se sabe cual es la última oportunidad, el último beso.

martes, 1 de junio de 2010

La belleza de la balanza

Resulta tranquilizador saber que estás en paz con el karma. Si crees en esas cosas, claro. Haber zanjado tu deuda con una fuerza que nunca olvida te proporciona cierto colchón de seguridad, al menos durante un tiempo. Pero tampoco se debe olvidar que el karma es un boomerang muy cabrón, vuelve con más fuerza que con la que fue lanzado. Hay que andarse con pies de plomo.
Aunque, si quereis mi opinión- humilde siempre-, el karma podría irse a tomar por culo.

viernes, 28 de mayo de 2010

Cierta compasión

Si eres mi peor enemigo y estas leyendo esto voy a decirte eso que no te deseo ni a ti. Ya sabes, aquello de "No se lo deseo ni a..."
No te deseo empezar un año con todos los planes por delante y todas las ganas de disfrutarlo y que luego pase el tiempo y te des cuenta de que te las has arreglado para robártelo a ti mismo. Ver todas esas ilusiones perdidas, todo ese tiempo malgastado y darte cuenta de nadie te lo va a devolvera, y que es sólo culpa tuya.
Todo lo demás sí, espero que te pase. Porque seas quien seas, te odio.

jueves, 20 de mayo de 2010

domingo, 9 de mayo de 2010

Vidas Cruzadas

No sé si puede decirse que la culpa es toda mía o no. Yo, la verdad, nunca me consideré malo. Pero no sé, cuando repaso la lista de toda esa gente que dejé atras, en el camino, esas vidas cruzadas, no puedo evitar pensar que algo debí hacer terriblemente mal. Viendo lo lejísimos que están ahora de mí, lo poco que me importa la mayoría del tiempo y lo poco que me acuerdo hasta que lo hago... viendo lo poco que les importa a ellos y cómo me olvidaron a las primeras de cambio y me abandonaron tengo también que preguntarme si es que a lo mejor yo no soy lo que creía que era. No tan importante, parece.
En todos estos años más que amigos, puede decirse que lo que he ido acumulando son antiguos desconocidos o leves conocidos. Bueno, extraños.

viernes, 7 de mayo de 2010

Hacerse mayor también significa aprender a aceptarse

Pensaba que lo que mataba la pasión era la adoración. Cada vez que atisbaba un poco de ella, me decía: vaya por Dios, vamos a tener que ir acabando con esto.
Pues bien, me he dado cuenta de que me encanta la adoración, la echo de menos. Quiero volver a sentirla. Esa vieja compañera; dádmela en cantidades industriales, la quiero toda.
Por favor... me hace sentir mejor conmigo mismo.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Tú mataste para mí El Caribe

Si hubiera tenido que ponerte nombre
hubiera sido compuesto.
Te hubiera llamado
"Como quedarse sin alcohol",
"Habitación vacía" o tal vez
"Crema sólida".
Hubiera gritado ¡No!¡Esperen!
antes de que el cura hubiese derramado
agua bendita sobre tu minúscula nuca.
No lo haga todavía, habría dicho yo.
Mire aquí, asómese a la pila y lea
el futuro en el ondular de su reflejo:
observen, pero abstenganse embarazadas
y aquellos que padezcan del corazón
cómo este diminuto ser, este regalo
ese aún sólo pureza
estrangulará en dos décadas con sus dedos
mi alma.
Y bendiganla luego, si se atreven
¡Quien se atreva!
Te hubiera llamado de esa forma porque no sé
qué nombre describiría lo que se siente
al perder los cigarrillos
o la fe, por poner algún ejemplo.
Porque no quiero llamarte tampoco
"Papá y mamá se separaron"
y porque
"El amor existe, sí, pero casi siempre duele"
se me antoja demasiado largo.

lunes, 12 de abril de 2010

Más retablo

-Estoy intentando regresar al momento justo donde lo dejé todo. ¿Sabes lo que te digo? Al mismo punto. Escucho las mismas canciones que escuchaba entonces, por ejemplo. Me hacen sentir un poco como que no ha pasado el tiempo. Trato de hacer de nuevo las cosas que hacía y he vuelto a ponerme en contacto con las chicas que frecuentaba antes de que pasara todo esto. ¿Te acuerdas de esa película, Jumanji? El tipo vuelve después de 18 años perdido en una jungla, no se sabe muy bien en qué dimensión, y se pregunta: Seguirá Miss Jackson- o parecido, no me acuerdo del nombre exacto- dando 4º grado? Pues algo así.
-Vaya, es todo un esfuerzo por volver atrás, ¿no? ¿Te tomas tantas molestias siempre?
-No, que va. Para nada, es sólo que esta vez es la primera que me siento como si hubiera perdido el tiempo.

domingo, 11 de abril de 2010

Despeñaperros

Vendrás de las afueras, del extrarradio y más lejos. Del extranjero desierto salpicado de áreas de descanso y bares de carretera. Tendrás las mejillas calientes de cruzarlo bajo el Sol. Y yo te reconoceré, sabré que eres tú.
Porque no te estaré buscando.

Todo depende, Cheryl Cole

No se debe luchar al principio. En el medio, puede. Al final sólo si alguna vez fue realmente bueno. Si está claro- cristalino- que merece la pena.
Pero nunca al principio. No está para eso.

sábado, 10 de abril de 2010

Volver

Pasión primeriza de risas y tetas. Lo he leído mal, pero es lo mismo. Quiero volver, a la pasión primaria de risas y tetas. Llevo un semestre enterrado. ¿Cómo se recupera lo que se ha dejado pasar, morir y olvidar? No podría escribir todo lo que me he perdido sin que fuera en forma de una interminable y fúnebre lista de la compra. Sin embargo, así a lo mejor podría encontrar el patrón que siguen los movimientos que me dejaron en jaque mate. No me acuerdo. No me acuerdo de cómo era disfrutar, sólo eso. Y sé que antes lo hacía, sabía lo que era. Quiero que vuelva a ser una noche de esas en las que pestañeo y estoy en casa de alguien que casi no conozco, haciendo algo que no podía haber imaginado por la mañana. Me gustaba eso.
Risas, tetas... no sé qué más podría querer.

Otro día, Elogio De La Bola De Cristal Que Impide Que Cometas Un Error Interminable.

lunes, 5 de abril de 2010

No sabes, no contestas,
no puedes decirme
cuánto aguantará nuestro calor bajo esta nieve.
No les mires a ellos
no,
tampoco ellos saben la respuesta
ni cuanto quema el fuego al blanco vivo
de las chispas que dibujan en el suelo tus talones.
Yo subí esta montaña tras de ti
buscando la lumbre que escondiste
o que perdiste, ya no sé.
La luz que me llenaba la boca a borbotones.
No les miro a ellos,
no,
miro alrededor y luego
no miro absolutamente
a ninguna parte.
Pero en todos los ángulos estás tú
doblando el aire en esquinas invisibles
y la ladera dibuja tus huellas entre tallos congelados
sin que lo exijan siquiera tus pies,
que no se mueven.
Tú no me hablas, no, hace mucho ya.
Y aunque me miras tus ojos glaciales, gélidos,
dicen
que no me ves, que yo no soy,
que es otro, quizá, pero no yo, y tú tampoco eres tú.
Si hablamos de mí, no.
No puedo besarte ni abrazarte
no puedo salvarte de aquí
porque tú no perteneces
sino a esta montaña helada donde
te mantienes alejada de todo lo demás.
Tu reino de cristal
sigue creciendo terrible y enrevesado todo alrededor.
Tanto dolor no es para mí, ni tanto frío.
Quédate tu montaña y tu silencio inútil,
soberana del invierno cruel y perenne
yo pelearé mi camino de regreso contra la tormenta
y pulsare el botón que hará cambiar las estaciones.
El Sol se llevará tu cara, tus ojos, tu silencio
derretirá este Apocalipsis de copos de nieve
y yo seré libre otra vez, de nuevo, al fín
para ver más allá de estos espejismos de hielo.
Que ya es hora.

Guía de TV

Es lo que tienen el cine y las series americanas. No puedes fiarte de ninguna en concreto. Por un lado tienes a ese doctor entrado en años hablando con su joven pupilo, que tiene problemas con las mujeres. Él le dice: "Chico, todo lo que merece la pena realmente en esta vida es complicado" Pero cambias de canal y un tipo le dice a su mejor amigo: "No te cases. Mira, las parejas son complicadas, requieren esfuerzo y, a veces, sufrimiento. Pero cuando te encuentras delante de una chica y piensas que lo único que quieres en esta vida es estar con ella, todo se vuelve muy fácil. Si no es fácil, es que quizá no es tu chica"
Vaya, de puta madre. Enserio. Genial.
¿Quién de los dos tiene la razón? Veamos, esta semana, por ejemplo, me conviene más escuchar al último tío que al doctor. Pero, ¿cómo podré justificarme, yo qué sé, en un futuro, por ejemplo, cuando tenga que luchar por una relación? ¿Y si dejo pasar a la chica de mi vida porque no me parece lo suficientemente fácil? ¿Cómo de fácil tiene que ser? ¿Hay algún tipo de escala consensuada? ¿En qué serie y en qué capítulo puedo aprender de ella?
Esto es insoportable. Pero, si hago caso al doctor, ¿con qué me consuelo yo ahora? Es que no hay salida, no comprendo esta falta de seriedad. No me parece aceptable.
No sé, yo creo que si pretenden llegar con sus consejitos baratos y sus tramas ligeras a los hogares de todo el mundo, deberían hablar entre ellos antes. Ponerse de acuerdo en los puntos importantes. Seguir una política común en algunos temas, al menos. No pueden estar cambiando las reglas de juego de un capítulo a otro... ¿No?¿No?

sábado, 3 de abril de 2010

¿Sabes? La gente se enamora todos los días. No es nada raro, ya lo decía Tom Jones. Así, chas, de repente. Nosotros nos hemos convencido de que, hoy en día, en esto del amor hay que ir muy poquito a poco. Tomárselo con mucha calma. Y, claro, lo del amor nunca se menciona. Intentamos decir más bien poco tirando a nada. No nos gusta ponerle nombres a las cosas. Poner nombre a las cosas hace que las cosas se aceleren, y no es eso lo que queremos. No, señor. Dios, no. Cerramos la boca y tiramos para alante, con mucho postureo medido y todos los pasos calculados. No hay sitio para la espontaneidad, porque puede que se te vaya de las manos y pueda parecer que te has enamorado demasiado rápido. Eso sería vergonzoso. Aparte, nunca podemos decir te quiero. Ni siquiera deberíamos poder pensarlo, susurrarnos entre las paredes del cerebro un te quiero muy bajito. Enamorarse el primero está mal visto y decir te quiero puede agobiar a quien tenga que escucharlo. No, no. Nada de nada, naranjas de la china.
Pero no sé, a mi no me parece tan terrible. Al final todo va de eso, ¿no? Conocer a una chica, enamorarte y decirle que la quieres. Salir a cenar, a dar un paseo. Quizá un cine, conocer su barrio, su portal. Adquirir nuevos hábitos; siempre se pasa por la misma esquina, el mismo quiosco, de camino a su casa. Llega un momento en el que conduces a buscarla con el piloto automático. Es natural, no entiendo que lo veamos tan raro. ¿Por qué hay que retrasar nada? No somos nosotros quien elige los tiempos. El entorno lo hace, las oportunidades que nos brinda. Dejarse llevar, suena demasiado bien dicen Vetusta Morla. A mí me parece simplemente normal, es que sigo viendo todo esto un poco tonto, no sé si me sigues. Me parece una bobada, tantas reglas, tantas convenciones. Me da dolor de cabeza. Slevin, por ejemplo- o Henry creo que se llamaba en realidad- traicionó a su mentor, el mismo hombre que le perdonó la vida y le adiestró para poder perpetrar su venganza, por salvar y escaparse con la chica que había conocido tres días antes. Tres días. Olé tus cojones, Slevin o como te llames. Así se hace. ¿Por qué no puedo hacerlo yo, a ver, por qué? ¿Por qué no puedo yo enamorarme en tres días y escaparme con la chica, aunque sólo sea a Segovia a comer cochinillo y ver el acueducto? Podríamos estar de vuelta por la tarde. A tomar por culo, no me gusta como lo habeis montado todo. Os lo habeis cargado, así ya no es divertido. Antes sí era divertido. A mí, a mí me gusta ir rápido. Ando rápido, no me paro en las escaleras mecánicas y siempre voy 10km/h por encima del límite. No veo una razón para no enamorarme de la noche a la mañana y decir te quiero. En el fondo, el placer va a ser tuyo, no lo olvides.
Pues bien, a partir de ahora no te digo por dónde me voy a pasar los plazos establecidos. Estoy cansado de esperar, no vamos a vivir para siempre y dudo que siquiera estemos juntos mucho de ese tiempo que vivamos. Desperdiciarlo en jugar al ratón y al gato con nosotros mismos ya no me parece una opción. ¿A tí si te lo parece? Pues allá tú, no cuentes conmigo. Quiero pasarmelo bien antes de que se me caiga el pelo.
Y no quiero tener que avergonzarme nunca más de lo que quiero decir, o lo que sienta.
La gente se enamora todos los días, y no pasa nada. Bien por ellos. Los que no, que sepaís que sois aburridos de pelotas, y que ya no quiero saber nada de vosotros. Ya no estais en la lista.
Al carajo, yo no tengo miedo de decir te quiero. Es más, creo que suena bastante musical y espero poder decirlo bien pronto. La semana que viene, por ejemplo, me viene bien. La tengo libre.
No es no.
Inventate una cara nueva
que pueda transmitirlo:
no es no
en todos los idiomas.
Por si acaso no lo entiendes,
que lo entienda yo.
No leas más, no es para ti.
Aprende a decir adiós.
Adiós...
Como una chica mayor.
Sé el hombre

domingo, 28 de marzo de 2010

Amor por la mañana

Sé que te quiero
porque me hipnotizan los pelos de tus brazos
porque me he imaginado cayéndome
por cada una de las imperfecciones de tu cara
y me he querido perder en tus puntos negros.

Retablo

A veces pueden estar en silencio durante un tiempo más o menos largo, sin ser conscientes de ello. A veces, no tienen nada que decirse.
Él deja escapar un largo soplido, expulsa una gran cantidad de aire. Fuuuuuuuu. Casi un suspiro.
-¿Acabas de hacer fuuuuuuuu?
-Si.
-¿Por qué? ¿Acaso te molesta algo?
-Tenía mucho aire acumulado.
-Ah.
Permanecen en silencio después.
-¿No te pasa a ti que a veces se te olvida respirar?
Ella le mira un tanto extrañada y luego se encoge de hombros.

Ella no te quiere, figura

Ganarse su afecto era tan incierto casi como intentar conseguir la confianza de un gato. Un perro te seguirá siempre, bobo, con la boca abierta y la lengua fuera. Jadeando. Un gato, en cambio, no te necesita y, a priori, no le gustas. Amigo, un gato es otra cosa.

sábado, 13 de marzo de 2010

Mi vello púbico- que no bello- huele a telarañas, a todo lo que nunca te he dicho y a todo lo que nunca hicimos

jueves, 11 de marzo de 2010

El signo de los tiempos

Tú y yo. Los dos juntos, tú más yo, hacemos un aborto.
Algo único, precioso, irrepetible
que pudo ser y no.
Que murió, que matamos, antes de nacer.

Me pondré las gafas negras de no verte...

Fue como abrir los ojos a la luz después de pasar años en la oscuridad.
Al principio no lo vi. Luego sí, apareció de repente. No sé exactamente cuando. Ahora no está, ahora sí. Para cuando me di cuenta era ya tarde, de todos modos.
¿Por qué no lo ve nadie más? Cuando intento explicarlo me tratan como al loco ese de la película. Pero se lo digo, les digo: "¿No lo veis? ¿No lo veis? ¡Está ahí! En su mano... " Lo señalo. La gente asiente, cariñosamente y con cuidado. No quieren ofenderme, intentan tranquilizarme. Ssshhhh.
¿Estaba desde un principio ese cuchillo en tu mano? ¿Por qué no lo vi? Si lleva mi nombre escrito, con sangre- ¿de quién?- es su filo. Cada vez que lo miro es como si estuviera contemplando una sonrisa siniestra y macabra del tamaño de una valla publicitaria. La sonrisa de mi asesino, que disfruta saboreando mi miedo antes de matarme, y se relame. La dilatación de mis pupilas. Que se excita al distinguir entre mis gestos la certeza de mi propio final.
Intenté correr, ¿sabes? Huir. Intenté correr por un pasillo blanco, plagado de puertas sin pomos. Tú seguías inmovil, con el cuchillo en la mano y, en la boca, una sonrisa que en realidad no está, que sólo me imagino. Que no existe, no como el cuchillo. El cuchillo sí.
Siempre llevas una camiseta de tirantes blanca y una falda negra plisada que se cierra por encima del ombligo y no te cubre las rodillas.
Quise escapar, pero estás en mi cabeza y mi cabeza es redonda. No se puede avanzar mucho sin tener que volver irremediablemente al principio.
Luego está el conflicto interno. Porque yo grito: ¡Corred! pero mi pie izquierdo no hace caso. Mi pie izquierdo intenta- cara de esfuerzo, un gruñido- avanzar hacia ti. Mi mano derecha quiere acariciar tu mejilla y tus labios, asentarse en tu cadera. Y mis dos ojos buscan los tuyos por los bordes, mientras yo me esfuerzo en girar la cara y me retuerzo. Como un signo de interrogación que pretende que se toquen sus extremos, luego empieza a llorar y más tarde explota.
Tú ni siquiera pestañeas. Me gustas cuando me miras fijamente, a veces pones morritos. Me gustas casi siempre.
No pestañeas, digo. Aprietas el cuchillo entre tus dedos.
¿Sabes? A veces creo que tú tampoco lo ves, no sabes que lo tienes.

De carrerilla

No hay que tomarse demasiado enserio los propios fracasos.

Últimamente valoro mucho el silencio. No abrir la boca en toda la mañana.

"Yo siempre quise ser el perdedor borracho de la película". ¿Cómo se le dice eso a un chiquillo que te pregunta: "Papá, ¿tú que querías ser de mayor cuando eras pequeño?"

Al irse el niño me pregunto qué me gustaría haber sido de pequeño ahora que soy mayor.

El problema no es no verte, si no que me recuerden a ti todas las aristas y todos los recovecos parezcan esperarnos.
Yo les digo que no, que no vas a venir, que ya te has ido, pero siguen esperando. Y te buscan.
Como un perro jadeante que cree, la lengua fuera y los párpados abiertos, que van a volver a lanzarle la pelota.

Como el chico cuando le dije: "Los Reyes son los padres", y no quiso creerme.

Sigo queriendo emborracharme.

¿Cómo se llamaba el bar de aquella película tan triste? Ah, si, Tocando Fondo.

Nunca he sabido pedir ayuda, porque no soporto recibirla.

Al final, me ofende.

martes, 2 de febrero de 2010

Voy a levantar la copa para brindar por quien creí que eras
y luego voy a bebérmela de un trago
para olvidar lo que he descubierto.

domingo, 31 de enero de 2010

El sexo de los ángeles

Aquella noche en la discoteca
una aparición maldita.
Tu cara...
Estaba allí pero también en otra parte,
un holograma de un cuerpo
que habitaba otro país, otro planeta
a muchos rios y estrellas de distancia.
Y, sin embargo, tus ojos
decían claramente "no" como si tú
tu verdadero tú y no aquel espectro
me los susurrara al oido entre el estruendo
y no sólo deslizara en él palabras
si no veneno también
que habría de matarme desde esa madrugada
hasta hoy, para seguir haciéndolo mañana
y después, mucho después.
Dulce y miserable veneno
¿por qué no pudo tu boca al menos
deslizarlo mejor sobre mis labios?
Tu nombre no lo dice pero
hueles a todo lo que he querido oler alguna vez
y a muerte.
Entregamos a los muchachos algunos caballos
y ellos nos los cambiaron por violaciones.
Se oyeron muchos gritos en los pajares
aquella noche de fiesta en el pueblo
aún por encima de todos los aparatos de televisión
que a la misma hora sintonizaban el mismo programa
de humor, coristas y variedades
del cual las abuelas aprendieron
que hay mal, sí, mal, gente mala
habitando allá afuera, el mundo y sus alrededores.

Quisimos luego apaciguarlos con flores;
ellos encontraron divertido entonces
mostrarnos lo que ellos llamaban “cohetes”.
Fue de noche durante tres años y un par de horas
y luego nunca volvió a alumbrar el sol
como hacía antes sobre los maizales.
Los perros callejeros lloraban cuando sabían
que se acercaban a lo lejos en sus ruidosas camionetas
y abandonaban los caminos polvorientos
el rabo entre las piernas y gachas las orejas.
Los gatos negros querían pasar desapercibidos
haciéndose los muertos sobre los tejados
los de zinc y los de tejas.

Lunas de miel navegando sobre el río
rojo de la sangre del ganado
alejándose
a contracorriente para nunca volver
a aquel rincón del mundo
que ya no parecía el suyo.
Tú, yo, él,
nosotros vosotros ellos
escuchando sus canciones sobre jovencitas
de ligeras costumbres reunidos y temblando
de miedo, rabia y deseo junto a los transistores.

¡Ah, aquellos chicos de ciudad y sus juguetes!
¡Aquellos muchachos y sus pistolas!
¡Aquel verano sofocante en el campo!
Aquella dichosa guerra, aquellos niños
que luego tuvieron más niños
y más niños
y que nos enseñaron tantas cosas nuevas.
Aquella última cosecha…

sábado, 30 de enero de 2010

Tyler Durden was right

Mi educación fue tradicional, me enseñaron a creer en Dios. Yo fui fiel a esas creencias e intenté comportarme como se esperaba de mí. Hablaba con Él por las noches. Rezaba mis oraciones, me preguntaba ¿qué haría Jesús? cuando no podía distinguir con claridad lo que estaba bien y lo que no. Esperaba señales, le buscaba en los pequeños detalles. Creí ver su mano detrás de ciertas casualidades que me condujeron por ciertos caminos. Le amaba e intuía que Él me amaba a mi.
Sin embargo, los años de mi niñez pasaron más rápido de lo que en realidad deberían haber hecho. No fue sólo para mí. Todo lo que me rodeaba avanzó más rápido de lo establecido, más de lo que podían controlar los mayores. Me vi arrojado a un mundo distinto del cual se suponía que me esperaba y nadie me preparó para ello. No fue culpa mía.
La tecnología me proporcionaba nuevos y cada vez más poderosos ídolos que, poco a poco, fueron matando la idea que yo tenía de Dios. Le suplantaron, ya no tenía tiempo para Él. La televisión ocupaba casi todo mi tiempo. Ella podía mostrarme todo lo que yo quería ver- aunque ni siquiera yo lo supiera- y todo lo que necesitaba conocer. No había nada fuera de aquella caja de pantalla combada y recubierta de madera que yo pudiera necesitar. Todo estaba en ella, allí dentro, en estéreo. Dios no lo vio venir, nunca le puso límites al cátodo. Yo ya casi no me acordaba de qué era lo que pedía antes de acostarme.
Luego vinieron otros, y cada uno fue más impredecible, más bello, magnífico y terrible a la vez. Nadie los esperaba. Internet doblegó totalmente mi voluntad. Allí, ahora sí, estaba todo lo que yo podía necesitar. Allí dentro- ¿allí dónde?¿Dónde era allí?- estaba absolutamente TODO. Internet, por ejemplo, me mostró los placeres de la carne, me enseñó la forma y las virtudes de los pechos de las mujeres, me enseñó qué había que hacer y cómo había que hacerlo y me ayudó a decidir qué era lo que yo deseaba que me fuera hecho. Desató mi ansía de autosatisfacerme. Un apetito voraz e incontrolable, casi enfermizo.
También me proporcionó otras facilidades complementarias; letras de canciones, soluciones rápidas a faltas de información puntuales. Películas gratis, canciones gratis. Más pornografía.
Pero cada vez que aparecía una nueva deidad, otro amo más al cual consagrarme en una esclavitud casi rogada, ciega, menos era dueño de mí mismo y más y más necesitaba. Necesitaba cosas que antes no. Ampliaron el campo de lo realmente necesario: respirar, dormir, alimentarse y evacuar.
No lo sabía pero estaba perdido. Yo, mi antiguo Yo, quién Yo era, ya no era mío. Yo no me pertenecía.
Y entonces llegó el último de ellos, el más temible, el más implacable. El peor.
La BlackBerry me permite estar conectado a todas horas. Conectado en el peor de los sentidos. Conectado a todos Ellos, a todos los tiranos que fui colocando sobre las estanterías, sobre el mueble del comedor, sobre la encimera de la cocina, sobre la mesa de mi cuarto. En todas partes, en cada esquina. A la Televisión, a Internet, a los otros, a mis semejantes. A todas horas.
Mi BlackBerry tiene un indicador luminoso, una minúscula bombillita roja que parpadea cada vez que he recibido un email, un mensaje, una llamada perdida, cada vez que alguien ha entablado una conversación conmigo a través del Messenger. No sé, no sé que haría sin ella. No me había dado cuenta de cuánto la necesitaba.
Mi BlackBerry tiene una luz roja que parpadea cada vez que alguien quiere ponerse en contacto conmigo y lo único que yo hago es quedarme mirándola cada cinco segundos.
Espero nervioso, sudando por las palmas de mis manos- que se mueren por sostenerla y contestar- a que brille. No puedo evitarlo, espero. No hago otra cosa. La miro.
Pero tú nunca me escribes ni un email, ni un mensaje, ni me llamas ni inicias una conversación comigo a través del Messenger. Nunca me escribes al Tuenti ni al Facebook.
Todas estas mierdas que facilitan de este modo el contacto entre dos personas sólo sirven para que me retuerza por dentro preguntándome cómo puede ser que, siendo tan fácil y cómodo, puedas no acordarte de mí en absoluto.

jueves, 21 de enero de 2010